ADICCIÓN

y enfoques para tratarla


CONTENIDO
Preámbulo
Definiciones y conceptos de adicción
Enfoques para tratar con la adicción
Enfoques oficiales
Los Centros de Reintegración Juvenil en México
Una comunidad terapéutica en España
Enfoques cívicos
Alcohólicos Anónimos
Narcóticos Anónimos
Enfoques alternativos u holísticos
La adicción como tropiezo en el camino del buscador
La Meditación Vipassana
La terapia de Jaques Mabit en Taquiwasi
La terapia de Josep María Fericgla
La adicción como emergencia espiritual según los Grof
La hipnosis regresiva de Brian Weiss
La dimensión espiritual para sanar las adicciones según Cunningham y Ramer
Fuentes de consulta acerca de la adicción




Tuve un mundo de drogadicción muy silencioso, era muy mío.
Nunca se habló de eso en público porque era mi rollo, mi micromundo…
No fui a ningún tratamiento, fue una lucha personal,
yo les abrí la puerta de mi cabeza a las drogas y yo tenía que cerrárselas.
En ese momento busqué todo lo que tenía en mi casa y lo tiré al escusado.
Me prometí a mí mismo una lucha de poderes. Tardé un año en desintoxicarme.
Saúl Hernández (Vocalista de Caifanes/Jaguares)
Preámbulo

He disfrutado y sufrido dos tipos de adicciones psicoactivas. La primera con el tabaco y la segunda con la marihuana.

Durante cerca de seis años fumé marihuana. Primero esporádicamente y después habitualmente. Lo que más me gustaba era la sensación de "significado y relevancia" que parecían cobrar todas las cosas bajo sus efectos y me di cuenta de que eso no lo podía conseguir a menos que espaciara mínimamente las experiencias. Así es que, aunque suene paradójico, mi adicción hacia la marihuana era una adicción automoderada. Con el tabaco no. Al contrario, cada vez fumaba más.

Durante cerca de siete años fumé una cajetilla diaria en promedio de Benson & Hedges mentolados. Comencé con uno o dos cigarros al día y al final llegué a fumar hasta una cajetilla y media, o sea, unos 30. Me ponía bastante nerviosa si no tenía una cajetilla nueva de reserva antes de que se me terminara la otra y siempre tenía que estarme ocupando de que no me faltara dinero en la cartera para solventar mi adicción y me enojaba muchísimo cuando subían los precios de la cajetilla. Esto era lo único que me atribulaba con respecto al tabaco, bueno también el mal olor de mi ropa y mi cabello. Todo lo demás lo encontraba deleitable y placentero en el acto de fumar, tanto marihuana como tabaco y segurmente habría seguido haciéndolo si no se me hubiesen presentado en ambos casos motivaciones bastante poderosa como para dejar de hacerlo y si no hubiese tenido implantado "el chip" de que las drogas se pueden dejar de un día para otro como si nada (ver más al respecto en los apartados de "mi experiencia personal" en las páginas de tabaco y marihuana).

Mi padre fumaba con moderación (sus Raleigh) cuando yo era niña y un día el cardiólogo le dijo que dejara de fumar y él lo hizo, de un día para otro, sin más. Y nunca ha vuelto a fumar. En ningún momento lo vi sufrir o quejarse, simplemente lo vi dejarlo como si nada,sin dramas; así es que gracias a él, y a Dios que me permitió nacer en la familia en que nací, no fui criada con la idea de que las drogas son una cárcel, ni un tormento, ni algo cuya retirada causa dolor, es insoportable, hay reincidencias y es practicamente imposible dejarlas. Nunca les tuve miedo a las drogas porque siempre pensé que nosotros somos quienes tenemos el poder sobre ellas y no al contrario. Eso es lo que me enseñó mi papá. Creo que mi mamá nunca ha usado ningún psicoactivo que no sea anestesia y morfina para una operación, y las ineludibles teobrominas, cafeína y azúcar. Así es que nunca tuve ningún patrón de adicción que observar y heredar.

De hecho hubo un tiempo en el que, por pura proyección, no creía en la existencia de la adicción y pensaba que era un mito para mantener las drogas bajo prohibición. En esa época también tenía en un concepto muy bajo a los "ex-adictos recuperados" que hablaban públicamente de sus sufrimientos intentando persuadir a otros de no probar las drogas. Pensaba que se dedicaban a propagar su miedo y sus falsas creencias a otros. Desafortunadamente aún no era capaz de percibir la nobleza de su intención y lo positivo que podía ser para otras personas en similares circunstancias que estas personas se atrevieran a hablar de sus experiencias.

No obstante, he tenido la fortuna de ir evolucionando junto con mi investigación acerca de los psicoactivos y cuando comencé a entrevistar a distintas personas, me di cuenta de que había muchas realidades coexistiendo junto con mis limitadas creencias de partida. Encontré que en el fascinante y complejo tema de las drogas hay tantos mundos como creencias pueden sostenerse al respecto y la mayoría están fundamentados en miedos de una u otra clase. Y esto se refleja particularmente en el tema de las adicciones y de los distintos enfoques para tratarlas, como puede verse en los contenidos de esta página.

Mi perspectiva acerca de la adicción se ha ensanchado tanto que ahora considero que va más allá de la concepción de mayor consenso que la define como una dependencia hacia los efectos físicos y/o psicológicos que puede provocarnos el consumo de un psicoactivo.

Gracias a mi adicción hacia los efectos de la marihuana, finalmente comprendí que cualquier dependencia es un mero síntoma que nos revela de una forma muy intensa el vacío que nos produce nuestra desconexión del Espíritu.

Hay una frase de una canción de Marilyn Manson que en mi opinión ha sabido captar el verdadero origen de la adicción y expresarlo llanamente: "There's a hole in our souls that we fill with dope and we're feling fine" [Hay un hoyo en nuestras almas que llenamos con droga y nos sentimos bien].

Ese "hole in our souls", es la sensación de experimentar un vacío o dicho más literalmente, un "hoyo en nuestras almas". Un hoyo que no sólo tratamos de llenar usando algún tipo de psicoactivo, sino cualquiera de las múltiples opciones que en nuestras distintas sociedades hemos inventado para tal efecto a lo largo de todas las épocas.

Y ese "hole" sólo se llena con la w del "Whole", que significa el Todo. Una reveladora paradoja del idioma inglés. El Todo es el Tao, la Unidad, la Fuente, la Divinidad, el Gran Espíritu del cual todos venimos y al cual todos hemos de regresar.

En este sentido todos somos buscadores de algo con que rellenar el vacío de la desconexión. La diferencia es que algunos ya hemos asumido concientemente esa búsqueda y otros todavía no. Me parece que entre aquellos que sentimos más fuerte, o al menos más evidentemente, ese hoyo en el alma, se encuentran los más grandes candidatos a la adicción.

Para mí, un adicto es un buscador que aún no es plenamente conciente de su búsqueda o si ya lo es, aún no ha vislumbrado con claridad su camino. Me parece que la intensidad de una adicción es directamente proporcional a la intensidad del vacío y a la incapacidad de llenarlo que experimentemos.

Trasladar la fuente de nuestra felicidad hacia un factor externo, sea éste una persona, una cosa, una actividad o un psicoactivo, genera invariablemente una dependencia hacia ese factor y una pérdida de poder que ahonda el hoyo del alma. Quien sufre una adicción ha confiado en que existe algo externo que tiene la capacidad de hacer desaparecer, mimimizar u olvidar, aunque sea momentáneamente, el malestar que genera el vacío y le ha cedido a ese algo el poder de hacerlo feliz. Por eso es que quien se recupera de una adicción, recupera su poder.

Recuperarse de una adicción es un acto heróico que cualquiera puede lograr. En este sentido una adicción se vuelve una oportunidad muy grande que nuestras almas nos ofrecen para identificar la verdadera fuente del vacío y emprender el camino de vuelta a la unidad. El camino es distinto para cada quien, pero es uno y el mismo, es el famoso: "Conócete a ti mismo" inscrito en las paredes del Templo de Delfos.

Por cierto que el segundo mensaje inscrito en este templo iniciático era "Nada en exceso"...

Quienes eligen los psicoactivos como fuente de adicción, al igual que quienes utilizan específicamente los de tipo visionario como herramienta de crecimiento en el camino espiritual, intuitiva o concientemente, saben que necesitan un remedio y lo quieren rápido. El alma de un psiconauta exige una vía rápida. Y todos sabemos que las vías rápidas son peligrosas. Pero tienen el atractivo de ser rápidas y efectivas cuando uno logra sortear los peligros. Cosa que no es imposible, ya que un psicoactivo, como cualquier otro fármaco o droga, es a la vez remedio y veneno. La diferencia está en la finalidad, la forma y las circunstancias en que se emplee, por eso es que los tratamientos con ayahuasca, por ejemplo, ofrecen tan buenos resultados para tratar adicciones.

Dathlefsen y Dahlke, nos recuerdan: "Todos los drogadictos buscaban algo, pero dejaron la búsqueda muy pronto, conformándose con un sucedáneo. La búsqueda no debe acabar sino con el hallazgo." (12)

Dicen que Jesús dijo: "El que busca no debe dejar de buscar hasta que encuentre; y cuando encuentre estará conmovido; y cuando esté conmovido se admirará y reinará sobre el todo." (Tomás. E. A. 2).


Definiciones y conceptos del término adicción

En esta página encontrarás en primer término algunas definiciones de la palabra adicción que son de gran utilidad para evidenciar esa coexistencia de mundos derivados de nuestras creencias específicas al respecto. Con ellas se pueden comprender mejor los distintos enfoques para tratarla que se resumen más adelante.

Según la Organización Mundial de la Salud
Institución de la Organización de las Naciones Unidas

Adicción: Estado de intoxicación crónica y periódica originada por el consumo repetido de una droga, natural o sintética, caracterizada por:
Una compulsión a continuar consumiendo por cualquier medio.
Una tendencia al aumento de la dosis.
Una dependencia psíquica y generalmente física de los efectos.
Consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad.
(Serie de Informes Técnicos, ONU, números 116 y 117, 1957.)

Según la American Psychiatric Asociation
Asociación de psiquiatras estadounidenses

Dependencia a una sustancia: Patrón mal adaptado de abuso de una sustancia que produce trastornos o dificultades físicas importantes desde un punto de vista clínico, siempre que se manifiesten tres (o más) de los factores abajo expuestos en cualquier momento, dentro de un periodo de 12 meses:

1. Tolerancia, definida en cualquiera de los siguientes términos:

a) Necesidad de consumir una cantidad notablemente superior de la sustancia a fin de conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
b) Efecto marcadamente menor con el uso continuo de la misma cantidad de una sustancia.

c) Consumo de una sustancia (o en su defectoo, otra de la misma clase) a fin de evitar los síntomas de abstinencia.

2. Abstinencia, definida en cualquiera de los siguientes términos:

a) Síndrome de abstinencia característico de la sustancia.
b) Consumo de una sustancia (o en su defecto, otra de la misma clase), a fin de evitar los síntomas de abstinencia.

3. Consumo de una sustancia a menudo en grandes cantidades o durante periodos de tiempo más largos de los pretendidos inicialmente.

4. Existencia de un deseo persistente o de esfuerzos inútiles por reducir o controlar el uso de la sustancia.

5. Empleo exacerbado del tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p.e.acudir a muchos médicos o conducir largas distancias), su consumo (p.e. fumar encadenadamente) o la recuperación de sus efectos.

6. Abandono o reducción de actividades importantes de carácter social, ocupacional o recreativa derivadas del uso de la sustancia.

7. Consumo continuado de la sustancia a pesar de conocer la existencia de un problema persistente o recurrente, ya sea de índole física o psicológica, que con toda probabilidad ha sido motivado o exacervado por la sustancia (p.e. el consumo habitual de cocaína, independientemente de saber que produce depresiones, o el consumo continuado de bebidas alcohólicas a pesar de saber que ello empeora una úlcera).

Se diagnosticará abuso de una sustancia con dependencia fisiológica si hay pruebas que demuestran la existencia de tolerancia o abstinencia.

Se diagnosticará abuso de una sustancia sin dependencia fisiológica si no hay pruebas de la existencia de tolerancia o de abstinencia.

(American Psychiatric Asociation 1994)

Según Josep María Fericgla
Antropólogo y terapeuta catalán, autor de Al trasluz de la ayahuasca, Los chamanismoa a revisión y varios libros más.

Para mí no existe la adicción. Bueno, existe una adicción física, que es una cosa muy fácil de resolver, incluso a sustancias consideradas altamente adictivas como opiáceos, heroína, morfina y estimulantes como cocaína y anfetaminas. La persona más adicta en diez días su cuerpo está limpio. Y luego está lo que se llama adicción psicológica, que todas las personas que tratan toxicómanos dicen, "esto es el problema, la adicción psicológica". Pero para mí esto no existe, es sólo una manera de hablar. Lo que realmente hay, en términos más estrictos desde el punto de vista descriptivo, son comportamientos compulsivos. O sea comportamientos que a la persona algo le obliga a hacerlos incluso dándose cuenta de que van en contra de sus propios intereses, que la hieren esos comportamientos, pero no puede evitar hacerlos, ¿no? Esto es un comportamiento compulsivo. Y todo comportamiento compulsivo es lo mismo, en el fondo da igual si es al sexo, a las máquinas de echar monedas, alguna sustancia psicoactiva, el trabajo, una secta, da igual. Bueno, por supuesto que no da igual, vamos, pero desde un punto de vista un poco más elevado que el comportamiento inmediato, lo importante es el comportamiento compulsivo, no a la cosa a la que está enganchada la persona. Entonces todo comportamiento compulsivo lo que hace es estar llenando algún vacío interior de la persona, emocional, existencial, depende. [...] Entonces la adicción lo que hace es llenar el espacio de este vacío interior, y lo que hay que hacer no es cortar con la adicción; por eso las terapias conductistas no funcionan, o funcionan en un 3 por ciento de los casos, que es como decir que no funcionan, sino que lo importante es descubrir qué es el vacío de cada persona, de dónde surgió el vacío. Y entonces que lo llene, digamos, si es un vacío existencial, o del sentido de la vida, o emocional, o de falta de protección o algún trauma de abandono, lo que sea... Entonces en cuanto la persona lo pueda llenar, automáticamente dejan el comportamiento compulsivo porque ya no tiene espacio.

(Entrevista a Josep Maria Fericgla en la web de Las Drogas tal cual...: www.mind-surf.net/drogas.htm)

Según Antonio Escohotado
Jurista y f ilósofo, autor de Historia General de las Drogas y otros libros al respecto

Lo que distingue a toxicómanos y toxicólogos no es un diploma u otro, sino rechazar o asumir el desafío de la libertad y conocimiento inherente a la ebriedad -cualquier ebriedad-, pues rara vez se enfrenta el ser humano a la ética y a la estética como cuando decide entregarse a algún modificador del ánimo. El programa antiguo de la sobria ebrietas, inmodificado durante milenios, partía de dichos presupuestos y aseguró un uso sencillamente responsable, voluntario, de todas las drogas conocidas por cada cultura.

La situación actual es distinta, desde luego. Toxicólogos son los expertos en drogas que jamás han probado droga alguna, quizá porque si las probasen enloquecerían de placer -pidiendo al mundo tan solo una nueva dosis cada pocos minutos-, o bien caerían en en un agudo síndrome homicida/suicida. Toxicómanos son los que toman drogas ilegales, con mayor o menor ingenio. Hay por último la categoría de víctimas o piltrafas morales, donde no se encuentran los envenenados por el mercado negro sino quienes confirman puntualmente el sermón inquisidor farmacológico, y a la vez que mendigan nuevas dosis, cada minuto caen en el síndrome homicida/suicida. Convenientemente rehabilitadas, las víctimas se transforman en toxicólogos-pedagogos, brújulas para las nuevas generaciones. También en cruzada contra la magia fue necesario echar mano de brujas y brujos "arrepentidos", para hacer frente con eficacia a aquel inmenso mal. ¿Quién hubiera podido profetizar que el inmenso mal cesaría, como por ensalmo, cuando se reconoció el derecho a practicar actos mágicos, en público o en privado?

("Prólogo" de MDMA o el éxtasis químico, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1995.)

Según Narcóticos Anónimos
Organismo cívico internacional inspirado en Alcohólicos Anónimos

¿Eres adicto? La mayoría no tenemos que pensar dos veces esta pregunta. ¡Conocemos la respuesta! Toda nuestra vida y nuestros pensamientos giraban, de una u otra forma, en torno a las drogas, cómo obtenerlas, cómo consumirlas y el modo de conseguir más. Vivíamos para consumirlas y las consumíamos para vivir. En síntesis, una persona adicta es aquella cuya vida está controlada por las drogas. Estamos en las garras de una enfermedad crónica y progresiva que nos arrastra invariablemente a los mismos lugares: cárceles, hospitales y la muerte. Sólo tú puedes contestar esta pregunta. Es posible que no te resulte fácil. Mientras consumíamos, siempre dijimos que podíamos controlarnos. Aunque al principio fue cierto, ahora ya no lo es. Las drogas terminaron controlándonos a nosotros. Vivíamos para consumirlas y las consumíamos para vivir. Un adicto es simplemente una persona cuya vida está controlada por las drogas. Quizá admitas que tienes problemas de drogas, pero no te considerabas adicto. Todos tenemos ideas preconcebidas acerca de lo que es un adicto.

(Web de Narcóticos Anónimos México: www.namexico.org.mx)

Según Domingo Díaz
Abogado mexicano y terapeuta de apoyo en casos de adicción

Es un círculo vicioso que nace de una carencia y se convierte en círculo porque a través de esa carencia se consumen productos que modifican o alteran tus emociones, tus sensaciones, tus estados de ánimo y obviamente al modificar esas emociones te encuentras percibiendo el mundo de otra manera. Pero todo tiene un efecto, una duración y al momento en que empieza a bajar el efecto de esa droga, empieza a reaparecer nuevamente esa situación desagradable de tu vida, esas cosas que conscientemente no puedes remover o equilibrar, y obviamente cuando das esa bajada vuelves al estado inicial en el que encuentras ese estado tan terrible, tan desesperante de soledad, angustia, aflicción... de tantas cosas que traes ocultas en la mente que nunca puedes comprender. Y estando en el estado inicial obviamente ahí muere y nace el círculo vicioso que te da la necesidad de volver a subirte a tomar o ingerir o a fumar o hacer cualquier situación que te permite abandonar ese estado de conciencia desagradable, y obviamente al volver a consumir, pues vuelves a modificar nuevamente tu estructura emocional, mental y es así sucesivamente y esto continúa por mucho tiempo. [...] La carencia fundamental es la falta de amor. Estoy convencido que todas las personas que se aman a sí mismas y que se sienten amadas no tienen ninguna necesidad de meterse nada. Cuando tú no te conoces, es cuando usas drogas. Hasta para fumar tabaco, no te estás conociendo, no sabes porqué lo haces. Ningún fumador sabe porqué lo hace, ningún adicto sabe porqué lo hace, sencillamente es una necesidad que ni siquiera ellos conocen. Esa carencia es la falta de amor.

(Entrevista a Domingo Díaz en la web de Las Drogas tal cual...: www.mind-surf.net/drogas.htm)

Según Jonathan Ott
Farmacólogo estadounidense, autor de Pharmacoten y otros libros

En mi opinión, estos mismos conceptos ("abuso de drogas" o "toxicomanía") no sirven para explicar este fenómeno, pues no se puede hablar de tratarlo médicamente, porque no estamos hablando de una enfermedad sino de un comportamiento normal, estadísticamente, históricamente y culturalmente hablando, y que no se confina a la especie humana. En mi opinión la psicología o la psiquiatría no son el lugar para buscar ideas para tratar un fenómeno así. Yo pienso que la psicología o la psiquiatría en sí son otra religión -terapéutica- con sus dogmas y todo lo que conlleva una religión, y pienso que por ahí no va la cosa; lo que llaman "abuso de drogas" no es algo que tenga que ver con la psicopatología.

(Entrevistado por Juanjo Piñeiro para su libro: Psiconautas, exploradores de la conciencia, Los libros de la Liebre de marzo, Barcelona, 2000)

Según R. M. Chokhan
Médico del Instituto de Investigación Vipassana en la India

El deseo veemente (tanha) es la causa raíz de todo comportamiento adictivo; la gente no sólo se vuelve adicta a las drogas, sino a muchas otras cosas. De hecho la palabra "adicción" deriva de un término legal romano; "adiccionarse" significa "darse a un maestro o esclavo". La palabra fue subsecuentemente anglizada y usada para describir el comportamiento de un individuo cuando está habituado y obsesivamente ha rendido el control de su vida a una experiencia, a una sensación o actividad particular. Es entonces este deseo veemente el que necesita ser directa y adecuadamente abordado, para que haya un verdadero remedio...

(Drug addiction and Therapy: A Vipassana perspective, Vipassana Research Institute, Maharashtra, India)

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ENFOQUES PARA TRATAR LA ADICCIÓN

Así como hay distintas definiciones y conceptos acerca de la adicción, existen también distintos enfoques para tratarla. En este apartado las distintas opciones terapéuticas se han dividido en tres categorías: enfoques oficiales, enfoques cívicos y enfoques alternativos u holísticos. La diferencia entre ellos no sólo está dada por la procedencia gubernamental, cívica o privada de sus fondos, sino por la presencia o ausencia de la dimensión espiritual en el tratamiento de la adicción. A continuación se ofrece una explicación general de cada enfoque seguida de algunos ejemplos en los que se puede apreciar mejor la dinámica de los mismos.

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ENFOQUES OFICIALES

Las características más notable del enfoque oficial consiste en la consideración de la adicción como una enfermedad con repercusiones sociales y de transgresión judicial en la mayoría de los casos. El adicto es pues, un enfermo capaz de afectar o poner en peligro a los demás miembros de la sociedad y muchas veces también es un delincuente, pues resulta obvio que si es adicto a una sustancia sujeta a control internacional, de una manera u otra ha transgredido reiteradamente las leyes imperantes para conseguirla. Así pues, el enfoque oficial se desprende directamente de la definición de adicción dada por la Organización Mundial de la Salud, según la cual, toda adicción trae consigo "consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad".

Desde esta óptica, las entidades oficiales dedicadas al tratamiento de adicciones son instancias donde el poder jurídico envía a los transgresores de la ley cuya enfermedad pone en riesgo su propia salud y la de la sociedad, para que reciban un tratamiento que les permita reinsertarse sin causar más problemas. El resto de las personas que reciben tratamiento en una clínica oficial, solicitan su ingreso voluntario, acceden presionados por sus familiares o llegan canalizadas por parte de otro tipo de instituciones estatales de asistencia social y sanitaria.

De todo ello se desprende que las instituciones oficiales, después de ofrecer un tratamiento médico de desintoxicación en los casos de adicciones físicas severas, continúen con una terapia de ayuda psiquiátrica o psicología de carácter laico y financiamiento estatal, como el resto de las instituciones gubernamentales; cuyo propósito final es la reincersión del individuo en la sociedad.

Para ejemplicifar el funcionamiento de este enfoque presento a continuación un ejemplo de México y otro de España

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Una comuniad terapéutica en España

Paulino Gazcón es director de una "Comunidad Terapéutica para la Rehabilitación y Reinserción de Personas que Abusan del Consumo de Drogas", ubicada en Barcelona, en España. En la entrevista que le realicé durante mi visita a la comunidad, él me explicó que la base del tratamiento es poner a convivir a los adictoss dentro de la estructura de la comunidad para regular sus vidas, estructurarlas, generarles nuevos hábitos y hacer que adquieran responsabilidades . Según sus propias palabras, primero empiezan regulando las conductas elementales y luego en temas mayores:

...convivir, solventar de manera adecuada las dificultades de lo cotidiano, las dificultades de la convivencia, los problemas emocionales, los problemas de responsabilidad. Así es que aquí, paulatinamente se tiene que ir produciendo un incremento en la responsabilidad, hay unas que son individuales sobre cosas personales que duran siempre, y hay otras que son sobre los aspectos de la casa, que gradualmente se van adquiriendo. El nivel de responsabilidad es algo importante, e incluso en algún momento es deseable que una persona esté sin el guía que haya tendido durante algún tiempo, para que pueda ejercer la responsabilidad desde sí mismo.

Las conductas elementales se regulan en función de un horario riguroso que incluye diversas actividades y trabajos de terapia grupal con personal especializado. Según explica Paulino:

Hay un horario muy marcado, muy regular, y hay el compromiso de seguirlo desde el día que se llega. Es uno de los aspectos del contrato terapéutico... Se levantan a las 7.30, una hora totalmente normal, media hora de aseo, a continuación desayunan, y hay una pequeña reunión... Después de ese tiempo de la mañana, que no es más de media hora, entonces se inicia una mañana de trabajo, de 9 hasta media hora o veinte minutos antes de la comida, que es a las dos. El trabajo es uno de los elementos más terapéuticos en esta casa, no es tanto formar para el trabajo sino trabajar en toda la gestión de la casa. Solamente en cocina interviene una persona, por crear un poco de regularidad en la alimentación de manera permanente y para enseñar a organizar, para supervisar la organización... pero la responsabilidad de la acción laboral, recae sobre ellos. Entonces tenemos trabajo en la cocina, en la limpieza, tenemos un huerto, una granja y el mantenimiento de la casa, siempre y cuando no sea obras de envergadura que no se puedan realizar y tenga que intervenir una empresa, pero la mayoría de las cosas se hacen aquí, porque muchos de ellos son muy cualificados en aspectos de albañilería, fontanería, y estamos organizados. O sea cuando llega alguien a esta casa, entre otras cosas, se le asigna uno de estos espacios de trabajo, que luego se puede modificar, la manera de asignarlo es según las capacidades personales, pero también las conveniencias personales y las necesidades de la casa, probablemente no haya nadie capacitado especialmente por encima de los demás para planchar la ropa pero alguno tiene que planchar. Entonces la lavandería es colectiva, todo el grupo lo hace, en fin todas esas cosas. ¿Qué sacan de ahí? Sacan hábitos de trabajo, horario, muchos de ellos acaban siendo autónomos, con capacidad organizativa. No damos, si no es esporádicamente, una ocupación, un trabajo puntual, una formación profesional, y una de las grandes satisfacciones es que en nuestros espacios de reinserción no hay paro, nadie se lo cree pero es verdad.

Después viene la comida, luego viene un tiempo libre, y se abre un espacio que continúa siendo laboral como el de la mañana pero que varios días está cubierto por grupos de terapia. Igual que todo el mundo tiene desde el día que entra un trabajo, tiene un grupo asignado, en un principio es un grupo de todos los que han llegado últimamente, y a partir de allí se van generando grupos. Y el terapeuta los acompaña. Son grupos en los que se pueden abordar tanto situaciones de él, como situaciones del pasado de una persona, en función de lo que le represente un problema ahora.... Tenemos un modelo de trabajo grupal pero también serían abordables cuestiones individuales pero eso ya puede ser a largo de todo el día, por los profesionales. Otros días en vez de grupo, pues hay un seminario o formativo en aspectos personales que nosotros tenemos definidos en nuestro programa: cómo abordar la responsabilidades, cómo manejar el tiempo libre, temas de higiene, temas sanitarios, temas de violencia, o bien, conferencias de temas de interés, de personas externas que vienen para enriquecer quincenalmente en lo que llamamos una asamblea, que es una reunión para organizar cosas. Los acuerdos tomados en la casa de organización que nos obligan a todos se modifican a través de este espacio.

Hay una interrupción para merendar, es cuando se han terminado los grupos, los demás dejan el trabajo, van a merendar, se toman un café, es momento de encontrarse y de introducir rupturas de esa monotonía laboral, y luego retoman el trabajo durante una hora y media más hasta las 7 de la tarde. En ese momento ya tienen que tener recogidos y colocados en su lugar todos los instrumentos, todos los elementos de trabajo, las cosas limpias y ubicadas y allí empieza un tiempo digamos libre, para temas de ducha, de aseo, de cosas personales o escribir, leer o jugar, escuchar música, hasta la hora de la cena, y después de la cena se sigue la misma dinámica de tiempo libre, de diversión y entre las once y las doce se tienen que acostar. A las once y cuarto se tiene que preparar un ambiente para que en las habitaciones no haya ruido y a las doce todo el mundo a la cama. Ese digamos sería la dinámica del día, claro todas las cosas tienen su evolución, poco a poco va adquiriéndose algún elemento de responsabilidad dentro de ese grupo, hasta que finalmente en algún momento se llega a ser responsable de coordinar a todo el grupo. Incluso más adelante, cuando se acerca el final en la casa, dejan de estar en un grupo de trabajo para tomar la responsabilidad de la organización general de la casa, horarios, grupos, supervisar los viajes de los vehículos, encargarse del abastecimiento de la cosas que necesita cada espacio y lo mismo de los grupos... (Ver más en la Entrevista con Paulino Gazcón)

Cuando una persona ingresa en la Comunidad, la primera desintoxicación ya está hecha, pues generalmente proviene de uno de los llamados Centros de Día, o Centros de Acogida, que son instancias del ministeio español de salud. Al llegar a la Comunidad hay un primer tiempo (dos o tres meses) en el que no hay salidas al exterior, si no son obligatorias para tratar cuestiones médicas o judiciales. Después se retoman con una cierta gradualidad, unas salidas cuyo único objetivo es el de retomar e incrementar los contactos con el exterior, para ir reconstruyendo la vida cotidiana.La estancia máxima de las personas que acuden a esta comunidad terapéutica es ocho meses y cuando son dados de alta, se hace un seguimiento para ver sómo se desenvuelven en la dinámica social y familiar.

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ENFOQUES CÍVICOS

Basados en el concepto de adicción como una enfermedad "progresiva y mortal", que "no respeta sexo, edad, ni condición social", la mayoría de enfoques cívicos se fundamentan en el modelo de Alcohólicos Anónimos trasladado a otros psicoactivos. En este modelo, la persona "enferma de adicción", ha de tratar su enfermedad tal como la medicina ortodoxa trata al resto de las enfermedades, como una fuerza externa que irrumpe en la vida de una persona convirtiéndola, contra su voluntad, en un enfermo. Aunque tal como enla medicina escolástica, se acepta que hay una marcada propensión a adquirir la enfermedad en función de factores de tipo ambiental y génetico, así como problemas familiares y personales.

En este modelo, el alcohol o las drogas en cuestión son consideradas como algo que atrapa al usuario y se adueña de su voluntad, dejándolo en la impotencia. El adicto debe recurrir entonces a un poder superior que le ayude a recuperarse. Ese poder es Dios, "como sea que uno lo entienda".

Si bien no hay una tendencia religiosa en particular, la espiritualidad es vista como la única salida de las garras de la adicción. Y en esto estriba la principal diferencia de los enfoques cívicos con los tratamientos institucionales, además de que su financiamiento proviene de donativos privados y de las mismas personas que acuden a solicitar ayuda.

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Alcohólicos Anónimos

Bill Wilson, cofundador de Alcohólicos Anónimos, habla y escribe con elocuencia el alcoholismo y la necesidad de una dimensión espiritual en la recuperación. La transformación de Wilson se inició en la habitación de un hospital en la que recibía tratamiento después de una de sus muchas recaídas. Según cuenta, se dabatía entre la muerte o la locura y en su terrible desesperación gritó: "¡Haré lo que sea, lo que sea! ¡Si hay un Dios dejad que lo vea!" Estas son sus palabras:

"De repente, mi habitación se llenó de una indescriptible luz blanca. Me vi embargado por un éxtasis más allá de toda descripción... Estaba arriba de la cima de una montaña, en la que soplaba un gran vendaval, un viento no de aire sino de espíritu, que con gran fuerza sopló a través de mí. Entonces se produjo el resplandeciente pensamiento: ¡Eres un hombre libre'... Me embargó una profunda paz... y me volví muy conciente de una Presencia que semejaba un verdadero océano de espíritu viviente. Yacía en las orillas de un nuevo mundo... Por primera vez sentí que realmente existía. Supe que era amado y que podía amar." (11)

Desde ese día Bill Wilson ya no volvió a beber y poco después cofundó Alcohólicos Anónimos. Sin embargo, Wilson tuvo sus dudas sobre la validez de la experiencia y cuando su mente comenzó a cuestionar lo que le había ocurrido, se lo explicó a su médico preguntándole: "¿Doctor, eso fue real? ¿Estoy cuerdo?" Su doctor, William Duncan Silkworth había leído acerca de las experiencias cercanas a la muerte y fue capaz de tranquilizar a Wilson con respecto a su cordura, alentándole a consolidar su nueva conciencia y sobriedad.

El programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos estimula a la gente a ser honesta consigo misma y con los demás, haciendo lo posible por corregir el "naufragio del pasado", pero centrándose también en las oportunidades y bendiciones del momento presente, consagrándose a no crear personalmente más dificultades. También motivan a la gente para que practique la oración y la meditación, ofreciendo la posibilidad de ver su problema como un "despertar espiritual" en el que su íntima exposición al dolor y las secuelas de la adicción puedan convertirse en un servicio para los demás.

El programa consta de doce pasos que en su momento lograron mejores resultados que la mayoría de las formas de terapia conocidas para ayudar a los adictos a abandonar el alcohol. El sistema no sólo funciona basándose en la abstinencia total del alcohol día por día, sino que se concentra activamente en un esquema sofisticado y detallado de asistencia personal durante las 24 horas del día para ayudar a la gente a superar las crisis y elevar su calidad de vida mediante la sobriedad y la madurez espiritual.

Estos son los 12 pasos del programa:

Paso 1: Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestra vida se había vuelto ingobernable.

Paso 2. Llegamos a creer que un Poder más grande que nosotros nos devolvería la cordura.

Paso 3: Tomamos la decisión de entregar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, tal como lo entendíamos.

Paso 4: Hicimos un profundo y valiente inventario moral de nosotros mismos.

Paso 5: Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros errores.

Paso 6: Nos dispusimos por completo a que Dios nos librara de todos esos defectos de carácter.

Paso 7: Le pedimos humildemente que eliminara nuestras deficiencias.

Paso 8: Hicimos una lista de todas las personas a las que habíamos perjudicado y nos dispusimos a dar cumplida satisfacción a todas ellas.

Paso 9: Dimos satisfacción directa a esas personas cuando fue posible, salvo cuando no podíamos hacerlo sin perjuicio para ellas o para otros.

Paso 10: Continuamos haciendo el inventario personal y, cuando nos equivocamos, lo admitimos de buen grado.

Paso 11: Buscamos, mediante la plegaria y la meditación, mejorar nuestro contacto conciente con Dios tal como lo entendíamos, pidiéndole sólo que nos diera conocimiento de Su voluntad con respecto a nosotros y el poder de llevarlo a cabo.

Paso 12: Tras despertar espiritualmente como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.

La organización de Alcohólicos Anónimos es una organización internacional que tiene filiales en muchos países y sostiene además grupos de apoyo a los familiares de personas alcohólicas.

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Narcóticos Anónimos

Inspirada en los mismos principios de Alcohólicos Anónimos, esta organización civil parte de tres premisas que sus miembros aceptan al ingresar:

1. Somos impotentes ante la adicción y nuestra vida es ingobernable.

2. Aunque no somos responsables de nuestra enfermedad, somos responsables de nuestra recuperación.

3. Ya no podemos seguir echando la culpa de nuestra adicción a los demás, a los lugares ni a las cosas.

La siguiente es una cita textual que se utiliza en la propaganda de la organización en México:

Si eres adicto, antes de que puedas hacer ningún progreso hacia la recuperación, primero tienes que admitir que tienes un problema con las drogas. La adicción es una enfermedad que, sin la recuperación, termina en cárceles, hospitales, manicomios o con la muerte. Muchos llegamos a Narcóticos Anónimos porque las drogas ya no nos daban lo que nos hacía falta. La adicción nos quita la dignidad, el amor propio, la familia, los seres queridos y hasta el mismo deseo de vivir. Si todavía no has llegado a este punto de tu adicción, no hace falta que llegues. Sabemos que nuestro infierno estaba dentro de nosotros. Si quieres ayuda, la puedes encontrar en Narcóticos Anónimos. Buscábamos una respuesta cuando pedimos ayuda y encontramos Narcóticos Anónimos. Llegamos a nuestra primera reunión derrotados y sin saber lo que nos esperaba. Después de haber estado en una o varias reuniones, empezamos a sentir que los demás se preocupaban por nosotros y estaban dispuestos a ayudarnos. Aunque nuestra mente nos decía que nunca lo conseguiríamos, las personas de la confraternidad nos dieron esperanzas insistiendo en nuestras posibilidades de recuperación. Descubrimos que cualquiera de las cosas que hubiéramos pensado o hecho en el pasado, otros también las habían creído y hecho. Rodeados de otros adictos nos dimos cuenta de que ya no estábamos solos. La recuperación se hace realidad en las reuniones. Está en juego nuestra vida. Vimos que si anteponemos la recuperación a todo lo demás, el programa funciona. (Narcóticos Anónimos Región México)

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ENFOQUES ALTERNATIVOS U HOLÍSTICOS

El término "alternativo" aplicado al ámbito terapéutico se utiliza para hacer constar que se trata de un enfoque distinto al de la medicina convencional, también denominada ortodoxa o escolástica, que únicamente se ocupa de la parte física del ser humano y confina su psique al campo de la psiquiatría o la psicología sin tener en cuenta su dimensión espiritual.

La palabra "holístico" hace referencia a la totalidad y utilizada en el contexto terapéutico significa que el enfoque considera a la persona como un todo y el tratamiento no se basa en un aspecto particular de la persona, sino que trata de atender al mayor número posible de factores.

La gran mayoría de terapias alternativas u holísticas coinciden en considerar al hombre como un ser espiritual y abordan cualquier problemática desde esa perspectiva, para después aportar soluciones a los aspectos físicos, emocionales, mentales y sociales involucrados en el problema que aqueja a la persona.

En el caso del problema de la adicción, los terapéutas holísticos no rechazan una primera fase de asistencia médica ortodoxa para lograr la desintoxicación antes de iniciar una terapia de reestablecimiento; pero posteriormente recomiendan tratamientos más o menos integrales cuyo objetivo es devolver el poder a la persona y en la mayoría de los casos, orientar su vida en un contexto espiritual, aunque no religioso. El financiamiento de todas estas terapias suele ser privado y en ocasiones se manejan también con donativos.

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La adicción como tropiezo en el Camino del buscador

Dathlefsen y Dahlke, los autores de La Enfermedad como Camino, nos dicen que un adicto es un buscador que se quedó perdido en la búsqueda y se olvidó de seguir buscando, "conformándose con un sucedáneo", que puede ser cualquier cosa, no sólo drogas:

Todos los grandes héroes de la mitología y la literatura buscaban algo, pero no dejan de buscar hasta que lo encuentran. La búsqueda lleva al héroe por peligros, perplejidad, desesperación y oscuridad. Pero cuando encuentra, lo encontrado hace que todos los esfuerzos parezcan insignificantes. El ser humano va a la deriva y en su deambular es arrojado a las más extrañas playas del alma, pero en ninguna debe demorarse ni encallar, no debe dejar de buscar hasta haber encontrado.

"Buscad y encontraréis", dice el Evangelio. Pero en que se asusta de las priuebas y peligros, de las penalidades y extravíos del camino, se queda en la adicción. Proyecta su afán de búsqueda en algo que ya ha encontrado en el camino y ahí termina la búsqueda. Asimila el sucedáneo a su objetivo y no se ve harto. Trata de saciar el hambre con más y más del mismo sucedáneo y no advierte que cuanto más come, más hambre tiene. Se intoxica y no advierte que se ha equivocado de objetivo y que debería seguir buscando. El miedo, la comodidad y la ofuscasión le aprisionan. Todo alto en el camino puede intoxicar. En todas partes acechan las sirenas que tratan de retener al caminante y hacerlo prisionero.

Cualquier cosa puede provocar adicción cuando no la limitamos: dinero, poder, fama, influencia, saber, diversión, comida, bebida, ascetismo, ideas religiosas o drogas. Sea lo que fuere, todo tiene justificación en cuanto que experiencia y todo puede convertirse en manía cuando no sabemos decir basta. Cae en la adicción el que se acobarda ante nuevas experiencias. El que considera su vida como un viaje y siempre va de camino es un buscador, no un adicto. ... El problema no es lo que nos provoca la adicción sino nuestra pereza para seguir buscando. El examen de las adicciones nos indica, en el mejor de los casos, el objeto de las ansias de cada cual. Y nuestra perspectiva queda sesgada si absolvemos las adicciones aceptadas por la sociedad (riqueza, trabajo, éxito, saber, etc.). (12)

Respecto al alcohol, nos dicen los autores que el alcohólico ansía un mundo sin penas ni conflictos, lo cual no es malo, a menos que se intente conseguirlo rehuyendo los conflictos y los problemas, como es el caso de quien abusa del alcohol: "él no está dispuesto a encararse con la conflictividad de la vida y resolverla con el esfuerzo. Con el alcohol adormece sus conflictos y problemas y se pinta un mundo sano". Dicen también que generalmente, en el alcohol se busca calor humano, mediante la destrucción de las barreras e inhibiciones provocando una camaradería inmediata a la que luego falta profundidad y solidez. "El alcohol es la tentativa de apaciguar el deseo de búsqueda de un mundo sano, feliz y hermanado. Todo lo que se oponga al ideal hay que ahogarlo en vino."

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Respecto al tabaco, nos recuerdan que está relacionado con las vías respiratorias y los pulmones, con la respiración, que tiene que ver sobre todo con la comunicación, el contacto y la libertad: "Fumar es el intento de estimular y satisfacer este afán. El cigarrillo es el sucedáneo de la auténtica comunicación y la auténtica libertad."

Respecto a la cocaína, nos dicen que quien la busca, busca el éxito y a final de cuentas, la búsqueda del éxito es siempre una búsqueda de amor. "Por ejemplo, en el mundo del espectáculo y del cine está muy extendido el uso de la cocaína. El ansia de amor es el problema específico de esta profesión. El artista que se exhibe busca el amor y espera calmar estas ansias con el favor del público. La circunstancia de que esto no sea posible hace que, por un lado, constantemente se 'supere' y, por el otro, se sienta cada vez más desgraciado. Con o sin estimulante, aquí la adicción se llma éxito, con el que se pretende calmar el hambre de amor."

Respecto a los psicoactivos visionarios, dicen que quien las consume tiene el propósito, más o menos conciente, de realizar experiencias mentales y trascendentales: "No es fácil determinar si son medios legítimos para abrir nuevas perspectivas a la conciencia, ya que el problema no se halla en la droga propiamente dicha sino en la mente del individuo que la utiliza... suele ser muy difícil controlar el nuevo espacio mental que nos abren las drogas y no ser invadido por él." Por eso concluyen que: "Cuanto más se adentra uno en el camino de la verdadera búsqueda, menos necesita de las drogas". (12)

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La Meditación Vipassana

Gotama el Buda dijo: "Cualquier sufrimiento que surja, tiene una reacción por causa. Si todas las reacciones cesan, entonces no hay más sufrimiento".

Entre las herramientas que enseñó a sus contemporáneos para detener la reacción y alcanzar la liberación, se encuentra una sencilla y poderosa técnica para desarrollar la capacidad de contemplar las cosas tal como son. Esta técnica se llama Vipassana que significa "visión cabal" y consiste en trabajar erosionando poco a poco las respuestas condicionadas hasta liberar totalmente a la mente. Un camino racional y paciente.

Para practicar Vipassana sólo hay que observar con atención y ecuanimidad las sensaciones en todo el cuerpo. Estas sensaciones se experimentan debido a la infinita variedad de combinaciones de las cualidades básicas de la materia -masa, cohesión, temperatura y movimiento- que presentan las partículas subatómicas llamadas kalapas.


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Cuando se adquiere la capacidad de observar cualquier sensación sin reaccionar ante ella, la mente empieza automáticamente a penetrar más allá de la realidad aparente del dolor hasta alcanzar su naturaleza sutil que no consiste más que en vibraciones que surgen y desaparecen a cada instante. Así es como se adquiere la conciencia de que todo tiene un tiempo de duración determinado pasado el cual se termina y surge algo nuevo. A esta única constante que es el cambio, se le llama anicca, impermanencia. Cuando finalmente se experimenta la realidad sutil, la conciencia del anicca permite vivenciar la inutilidad del apego y se alcanza la liberación del sufrimiento.

Dentro de la óptica de las enseñanzas budistas practicadas por la correinte de los meditadores de Vipassana, toda adicción es producto de una adherencia (upadana) que al repetirse, se convierte en un deseo vehemente (tanha), generando condicionamientos (sankharas), que son la fuente del comportamiento compulsivo. El propósito de la Meditación Vipassana consiste pues en abordar directamente la raíz del problema erradicando complettamente los condicionamientos. Según lo explica el Dr. Chokhan:
"Vedana samosarana sabbe dhamma", dijo el Buda, que significa: Todo lo que pasa por la mente está acompañado por sensaciones corporales. Esta interrelación entre la mente y la materia es la clave de la práctica de Vipassana, la cual, trabajando con las sensaciones corporales alcanza progresivamente niveles más profundos de la mente hasta remover las raices de la adicción.

La dependencia química es en realidad una adicción a la sensación corporal placentera (sukha vedana), que surge debido al fluido bioquímico (asava) en el cuerpo, específico de la farmacodinámica de la droga ingerida. Este fluido bioquímico (asava), influencia la mente suscitando un deseo vehemente (tanha), el cual como respuesta, precipita las subsecuentes tomas de droga y viceversa; se isntaura entonces un círculo vicioso y se desarrolla una aderencia (upadana), que conduce al uso repetitivo y compulsivo de la droga...

Progresivamente, el adicto va más allá de la aderencia hacia la droga inductora de sensaciones hacia el deseo vehemente, esto es, se desarrolla el deseo por el simple deseo. En esta fase la estimulación externa de la droga se convierte en algo secundario, prueba de ello es el fenómeno del poliabuso, donde la droga favorita se cambia por cualquier otra cuando ésta no está disponible. Este ciclo de adicción al deseo vehemente continúa en la vida cotidiana, incluso cuando el adicto no está bajo la influencia de la droga; el recuerdo de los efectos placenteros de la droga genera el deseo vehemente, que es acompañado por sensaciones y el proceso de multiplicación del deseo continúa sin freno, conduciendo a la formación de fuertes condicionamientos (sankharas) de adicción. (2)

La persona con problemas de adicción que desee acabar con su dependencia a través de la Meditación Vipassana debe haber salido ya del síndorme de abstinencia de la droga, por lo menos uno o dos meses antes de la fecha de su primer curso intensivo de 10 días, en el que se le enseña la técnica de Meditación Vipassana (Ver más acerca de los cursos de Vipassana en Mind-Surf).

Durante el curso, el estudiante se da cauenta de que su adicción no es sólamente a los químicos de los cuales ha abusado, sino a diversos comportamientos negativos que han creado fuertes condicionamientos en su mente y en su cuerpo. Es por ello que normalmente a los adictos les cuesta más trabajo y más tiempo concentrarse en sus sensaciones corporales y experimentarlas. De hecho, algunos pueden necesitar tomar más de un curso para aprender a hacerlo, según la experiencia de diversos Maestros de Vipassana. Ellos dicen que esto no es un obstáculo insuperable, pues "si uno continúa trabajando paciente y continuamente, tarde o temprano, uno se las arregla para romper la barrera entre la mente conciente y la mente inconciente y uno comienza a sentir sensaciones en todo el cuerpo."

Junto con la conciencia (sati) de las sensaciones, se desarrolla el entendimiento de su naturaleza impermanente (anicca), lo cual permite que eventualmente uno pueda observar objetiva y ecuánimemente (upekkha) todas las sensaciones, sean éstas placenteras o desagradables, hasta reaccionar frente a cualquiera de ellas con neutralidad. De esa manera, poco a poco, en lugar de experimentr deseos vehementes o aversiones, uno permanece ecuánime y deja de producir condicionamientos (sankaras); y mediante la práctica continua de la Meditación Vipassana, se van eliminando capa tras capa los viejos condicionamientos acumulados, y de esta forma se llega a la verdadera causa de la adicción y gradualmente se logra erradicarla.

Como dice el Dr. Chokan, la Meditación Vipassana no es algo mágico o milagroso:

El progeso requiere una fuerte voluntad para salir de la adicción... Por eso es que se necesita mucha preparación y motivación antes de que el adicto pueda hacer un curso de Vipassana; los consejos y la enseñanza de la anapana-sati (conciencia de la respiración) resultan cruciales. Esto permite que uno pueda trabajar propiamente y conseguir los resultados deseados, como se ha observado en "Cerenian House" en Perth, Australia y en "Start Again", en zurich, Suiza, los centros de terapias contra la adicción para personas con dependencias, fundadas y administradas por meditadores de Vipassana desde 1981 y 1992, respectivamente. (2)

En ambas clínicas los miembros del estaf son antiguos meditadores y varios de ellos son exadictos que con su experiencia y la aplicación de la misma a su vida cotidiana consiguen actuar muy empática y sensitivamente con las personas que llegan solicitando ayuda. Estas personas no sólo son instruidas en la técnica, sino que son apoyadas y asesoradas después del curso de Vipassana, para asegurarse de que estén trabajando con la técnica regular y adecuadamente.

Atraídos por la novedad de esta efectiva terapia, los dos centros de Australia y Suiza son constantemente visitados por terapeutas de todo el mundo que desean incorporar las técnicas de meditación Vipassana y Anapana-sati. tanto en sus propios programas terapéuticos como a su vida personal, ya que la Meditación Vipassana no está particularmente orientada hacia los adictos a sustancias psicoactivas, sino en general hacia las personas que desean tranquilidad y felicidad en su vida cotidiana:

Con la práctica del Vipassana, uno aprende como conducir su vida diaria, para liberarse cada vez más del sufrimiento (dukkha). Uno trata de observar cómo es que lidia con varias situaciones, para ver si uno está reaccionando o permanece ecuánime. Sólo cuando reaccionamos generamos negatividad y nos sentimos mal. Unos pocos momentos de observar las sensaciones corporales tranquilizan la mente, llevándola a la ecuanimidad para que uno permanezca en balance: entonces, en lugar de reaccionar ciegamente, uno puede escoger el mejor curso de acción. De acuerdo a esto, al adicto a las drogas se le aconseja: "No sucumbas en el momento en que la urgencia del deseo vehemente suurja. En lugar de eso, espera un rato, unos 100 ó 15 minutos. Acepta el hecho de que una urgencia de usar la droga ha surgido en tu mente y empieza a observar cualquier sensación que experimentes durante ese tiempo en tu cuerpo, ya que las dos cosas están interrelacionadas. Y al experimentar la naturaleza impermanente de las sensaciones, encontrarás que esta urgencia se debilita y pasa". De esta forma, la práctica del Vipassana ayuda en momentos de estrés, que en el pasado habrían podido llevar a la persona a una recaída, y el meditador se vuelve cada vez más resistente a las amenazas a su sobriedad hasta que éstas desaparecen.

El Buda es llamado Maha Bhisaka, el gran médico, porque ha dado al mundo esta maravillosa técnica del Vipassana, con cuya práctica, uno se libera de todas las enfermedades y todo nuestro ser es infundido de infinito amor (metta), compasión (karuna), felicidad (mudita) y ecuanimidad (upekha). La vida se vuelve plena, armoniosa y fructífera. Pero todo esto no se alcanza sólo por acudir a un curso de días días de Vipassana. No hay caminos cortos. Uno tiene que hacer considerable y sostenidos esfuerzos. Un curso de diez días seguido por una práctica regular pone en marcha un procesod e mejoramiento, que vale la pena intentar, pues es sublime y elevador. Aquellos que realmente deseen salir de su adicción, deben tomar un curso de Vipassana para su propia emancipación, y por el beneficio de otros. (2)

Para saber mayor información sobre el Vipassana recomiendo leer la entrevista que le hice a Eugenio, un abogado a quien la práctica de esta técnica le ayudó a abandonar definitivamente el alcoholismo; y el artículo que escribí sobre mis experiencias personales: "Vipassana: una joya dorada en la aventura del conocimiento de la conciencia" en las páginas de DFIR.

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La terapia de Jaques Mabit en Takiwasi

La comunidad de Takiwasi en Tarapoto, Perú, ha sorprendido al mundo por su planteamiento poco convencional de curar adicciones con la ayuda de la ayahuasca. En plena selva amazónica trabaja un singular equipo de psicólogos académicos y chamanes que enseñan al adicto a valorar la dimensión sagrada de las plantas de poder y a recobrar el respeto por la naturaleza y por su propio cuerpo. Este centro ha llamado la atención de muchas personas por ser una ejemplo vivo y funcional de la síntesis de la medicina ortodoxa con la medicina tradicional.

Jaques Mabit, un médico de origen francés que tuvo acceso al conocimiento de diferentes chamanes o curanderos de la zona, es el iniciador de Takiwasi. Su propuesta es clara y valiente: "que el paciente toxicómano entre en el mundo de las plantas sagradas con la actitud de llegar a un encuentro con el espíritu, sin quedarse en una mera toxicomanía de experiencias variadas que no logran conectar con lo que en realidad cura y otorga sabiduría; eso que algunos llaman Dios". (1)

Mabit llegó a Perú hace 18 años para trabajar en un convenio franco-peruano dirigiendo un pequeño hospital. Allí colaboró con curanderos que le decían que los espíritus les enseñaban a través de la ayahuasca, de las dietas y de los retiros. Le aseguraban que no entendería nada si no la tomaba, ya que ellos sólo podían prepararle la ayahuasca pero el trabajo lo tenía que hacer él, ya que la planta le enseñaría directamente. Mabit dice haberla probado con entrega y cautela: "tomar ayahuasca fue una revelación para mí porque se desgarró el velo y vi que sí había otra realidad, y una posibilidad de acceder y comunicarse con esa otra dimensión."

Asegura también que en determinado momento "la voz, el espíritu", le dijo que su camino era trabajar con adictos toxicómanos y tres años más tarde, en otra sesión de ayahuasca realizada en 1989, le llegó la confirmación de que ese era el momento. Poco después comenzó a formar un equipo con otras personas. Actualmente trabajan principalmente con oriundos de la zona afectados por la cocaína y algunos extranjeros, como la mayoría son personas de bajos recursos la mayoría no pagan. Takiwasi recibe algunas donaciones y subvenciones de organismos internacionales para el mantenimiento de cada paciente que les cuesta alrededor de 500 dólares mensuales. También publican una revista e investigan sobre el uso de las plantas tradicionales de la región.

Para el Dr. Mabit, "un toxicómano es una persona que busca, de forma inconsciente, su propia iniciación en el mundo espiritual; pero lo hace sin guía y en malas condiciones, por lo que en lugar de liberarse, acaba en el infierno". (2)

La persona que se somete a un tratamiento en Takiwasi trabaja con sus sueños analizando el material onírico en dinámicas de grupo y tiene entrevistas personales de psicoterapia clásica, además de las actividades propias de la comunidad terapéutica que son trabajo, ergoterapia y deporte. Este proceso se complementa con los retiros en la selva llamados "dietas", que además de una dieta alimenticia libre de sal e ingiriendo "ciertas plantas que permiten reconectar con el mundo emocional", conlleva el aislamiento de todo lo que pueda resultar perturbador durante la experiencia con ayahuasca. En palabras de Mabit: "El adicto estará solo con la Naturaleza, con el único cuidado de uno de nosotros, que nos situamos a unos doscientos metros. Hay una total soledad; y ahí surge un trabajo de confrontación con uno mismo, de introspección espontánea. En la selva todo recobra un sentido. El adicto se hace conciente de que más allá de lo que ve hay un orden y de que no puede hacer lo que quiere y cuando quiere, porque eso no es la libertad". (1) La dieta supone ocho días de aislamiento total para luego volver al centro, donde permanece quince días más con control sobre ciertos alimentos o cosas que no puede hacer. Después continúa con la terapia y a los dos meses hay otra dieta. En el esquema terapéutico primero se trabaja con el cuerpo a través de la depuración física; luego se trabaja la vida familiar, las emociones, la afectividad, la seguridad; y en la tercera etapa se aborda la parte espiritual.

La evaluación se hace de tres formas: una la realiza el propio paciente a través de sus visiones o sueños; otra la realiza el quipo terapéutico bajo la guía de la ayahuasca y a través del trabajo ortodoxo de diagnóstico clínico físico y psicológico.

Manuel Almendro, un psicólogo transpersonal que entrevistó al Dr. Mabit en Tarapoto cuenta: "Cuando uno está en Takiwasi y participa de su comunión, se penetra en los caminos de la sabiduría perenne. La vieja alquimia, los procesos chamánicos, las enseñanzas orientales y cristianas parecen unificarse en este lugar que constituye un arquetipo del proceso para salir de la pecera". (1)

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La terapia de Josep Maria Fericgla

Josep Maria Fericgla es psicólogo y doctor en antropología social, fundó el Institut de Prospectiva Antropológica, actualmente reconvertido en Sociedad de Etnopsicología Aplicada y Estudios Cognitivos, da clases en las universidades de Salamanca y Barcelona; y es autor de diversos libros en relación con el tema de los enteógenos, entre ellos: Al trasluz de la ayahuasca y Los chamanismos a revisión. También organiza diversos talleres, congresos y cursos al respecto en España y Latinoamérica y es director de la "Colección Cogniciones" de la editorial Los Libros de la Liebre de Marzo.

Al igual que el Dr. Jacques Mabit, Fericgla ha estudiado personalmente con chamanes y ha puesto en marcha una terapia experimental con ayahuasca para tratar a politoxicómanos y personas con trastornos de personalidad. No obstante, a diferencia del doctor francés, a Fericgla siempre le ha preocupado "despojar de todo ingrediente exótico, de toda estética y de toda simbología indígena" la utilización occidental de los enteógenos en el contexto terapéutico.

Cuando entrevisté a Fericgla en Barcelona, le pregunté acerca de su trabajo con adictos y me comentó que en primer lugar, para él no existe la adicción. Dice que lo que realmente existe son una serie de comportamientos compulsivos que no sólo se dan con respecto a las drogas, sino a la televisión, la máquinas traga monedas, las relaciones enfermizas, etc. "Y todo comportamiento compulsivo lo que hace es estar llenando algún vacío interior de la persona", entonces lo que hay que hacer, desde su perspectiva no es tratar de cortar con la adicción, sino "descubrir qué es el vacío de cada persona, de dónde surgió el vacío", para entonces ayudarle a que lo llene para que así desaparezca el comportamiento compulsivo en cuestión.

Según me contó, hasta ahora sólo ha tratado con ayahuasca a pequeños grupos, pues sólo acepta los casos más extremos "politoxicómanos, reincidentes, personas con varios intentos de suicidio, no sólo chicos aburridos de la vida o neuróticos que empiezan a pincharse y sus papás asustados los mandan a la clínica, sino personas realmente con reincidencia de una gravedad". Y asegura que ha tenido un éxito de casi el 100%. "Claro que han sido sólo dos grupos piloto de seis personas cada uno, pero es la totalidad casi de la muestra que hemos analizado." Según cuenta:

Lo interesante con estas personas es que a veces ya habían probado la ayahuasca y algunos tenían un historial clínico de años... Entonces el protocolo consiste en hacerles pura terapia de sicología analítica... les hago análisis de sueños, procurando que ellos entiendan sus propios sueños, o sea dándoles a ellos mismos las pistas y diciéndoles, 'pues mira búscate ente símbolo, ahí tienes un diccionario de símbolos o esta enciclopedia general'; y ellos mismos a veces se sorprenden de que su símbolo está allí, 'además me encaja lo que dice aquí', digamos cuando empiezan a entender un poco y yo les explico mucho, les ayudo a que construyan su propio sistema de auto conocimiento, les explico muy a menudo cómo funciona nuestro inconsciente, cómo funciona nuestra psique, cómo funciona nuestro sistema nervioso, y así... (Ir a la entrevista completa con Joseph Maria Fericgla)

En su libro Chamanismos a revisión especifica que en el contexto de las sesiones, se pide a los pacientes que traigan fotografías, películas de su vida e imágenes arquetípicas sugerentes que se seleccionan para cada quien en las sesiones previas de análisis psicológico. Y luego, ya que están bajo el efecto de la ayahuasca, se pide a los asistentes que hablen de lo que descubren de sí mismos y de su relación con el mundo a partir del estímulo que representan las fotografías y videos escogidos. "Todo ello bajo la guía y sugerencias del conductor de la sesión, a la que denominamos ritual de experiencias emocionales correctivas o también experiencias estructurantes." (3)

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Explica que a menudo los participantes son incapaces de verbalizar en el mismo momento lo que están sintiendo o descubriendo de sí mismos, pero la imagen evocadora que tienen delante, "amplificada por efecto del enteógeno, abre el camino hacia el origen del trauma". Como ejemplo del trabajo dice que puede surgir que a una joven, bajo el efecto de la ayahuasca se le desvelen las partes oscuras de su mente y de pronto recuerde o reviva haber sido violada por su padre en su infancia. Entonces el terapeuta, le hace ver "que no debe sentirse culpable por ello (como ha estado haciendo hasta el momento); que saque sin miedo el odio acumulado y enquistado y que, más adelante, deberá trabajar en su proceso de individuación y de crecimiento personal hacia la responsabilidad y la libertad, para perdonarlo y perdonarse si quiere vivir en paz y tener relaciones agradables con los hombres". De tal manera que:

A partir de la nueva metáfora, los pacientes inician la reconstrucción de sus emociones y de las asociaciones inconcientes... que guían sus vida.. Así es como los participantes en tales rituales de experiencias emocionales correctivas pueden seguir la búsqueda de sí mismos y organizar de forma más eficaz la integración de sus personajes interiores. Pero, obviamente, el terapeuta psiconauta debe haber hallado antes su propia metáfora, el sentido profundo de su vida, y adecuarla a fin de transformarla en un paradigma válido y útil para sus pacientes y su colectividad social. (3)

Fericgla considera que "no hay nada de exótico en ello y sí mucha ciencia aplicada", y que ésta es la mejor forma en que un terapeuta occidental puede interiorizar y retomar el papel tradicional de un chamán y aplicarlo al contexto cultural en el que vivimos y a su particular idiosincrasia. "Es mucho más que la simple importación de ritos exóticos, cuya pérdida de sentido exotérico y esotérico, los convierte en fáciles espectáculos folclóricos para consumidores crédulos y anhelantes de experiencias fáciles y agradables." Bajo su punto de vista, "los enteógenos deben reservarse para personas íntegras y maduras ya que su peor peligro es la alimentación del narcisismo, del ego, y ello es justamente contra lo que deben luchar de forma prioritaria los inmaduros."

Para saber más al respecto: Ir a la entrevista completa con Joseph Maria Fericgla y leer: Fericgla, Joseph Maria: Los chamanismos a revisión, Kairós, Barcelona, 2000

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La adicción como emergencia espiritual según los Grof

Para los investigadores Christina y Stanislav Grof, cofundadores de la Psicología Transpersonal, el alcoholismo y cualquier tipo de adicción pueden considerarse como una forma extrema de de emergencia espiritual.

En las páginas de su libro La tormentosa búsqueda del Ser, los Grof distinguen entre un emerger y una emergencia espiritual en función de la rapidez y la intensidad del cambio radical de conciencia que puede experimentar una persona. Un emerger espiritual se define como "el proceso de despertar espiritual" tan sutil y gradual que prácticamente resulta imperceptible:


Tras un periodo de meses o años, una persona mira hacia atrás y se da cuenta de que se ha producido un cambio profundo en su comprensión del mundo, valores, normas éticas y estrategias vitales. Este cambio puede iniciarse con la lectura de un libro que contiene un mensaje tan claro y convincente que es imposible ignorarlo. A uno le queda un anhelo por conocer y experimentar más; luego, coincidiendo con ello, el autor del libro visita la ciudad para dar una conferencia. Lo que lleva a la persona a asociaciones con otras personas que comparten su emoción, luego al descubrimiento de otros libros y a asistir a más charlas y talleres. Ha empezado el viaje espiritual... (5)

Por contraposición, una emergencia espiritual ocurre cuendo el emerger espiritual es muy rápido y espectacular "y lo que es un proceso natural puede convertirse en una crisis". Según describen los Grof, las personas que sufren tales crisis se ven bombardeadas con experiencias internas que cambian de un modo abrupto sus viejas creencias y su modo de vivir y sus relaciones con la realidad varían con rapidez:

"De repente se sienten incómodos en su anterior mundo familiar y pueden encontrar difícil el dar respuesta a las exigencias de la vida cotidiana. En el aspecto físico pueden experimentar poderosas energías que circulan a través de su cuerpo y les producen temblores incontrolables. Temerosos y planteaando resistencias, pueden dedicar mucho tiempo y esfuerzos a controlar lo que parece ser un acontecimiento interno que los supera. Pueden verse empujados a hablar sobre sus experiencias e introspecciones con cualquiera que esté a su alcance, dando la sensación de estar fuera de la realidad, de estar desmembrados o ser mesiánicos." (5)

No obstante, los Grof sostienen que un proceso de emergencia espiritual es "por su naturaleza potencialmente curativo y transformador" ya que la activación de la psiquie que caracteriza dichas crisis involucra un despeje radical de viejos recuerdos e impresiones traumáticas. Sin embargo, para que este potencial se manifieste, es necesario que el proceso no se vea interrumpido sino apoyado por amigos, familiares y profesionales que lo entiendan como tal y que no lo clasifiquen como una enfermedad mental y lo traten con antipsicóticos.

Desde esta óptica, el alcoholismo y cualquier tipode adicción pueden considerarse como una forma extrema de de emergencia espiritual. Según explican los Grof en "La adicción como emergencia espiritual", quinto capítulo de La tormentosa búsqueda del Ser, para muchas personas, "un repentino y profundo despertar espiritual" desencadena una vida de sobriedad y un giro radical respecto a las que hayan sido sus consideraciones espirituales previas.

Aseguran que cuando una persona "toca fondo", casi por regla general tiene la oportunidad de llevar una vida más elevada a partir del acontecimiento que suscita este hecho. Así resulta que los lugares más insospechados, tales como celdas, callejones, hospitales, los lavabos de un bar o el suelo de la propia casa, pueden presenciar crisis transformativas de enrome magnitud: "Sea cual sea el camino, muchas personas que han conocido las profundidades del alcoholismo y la adicción a las drogas, han tocado fondo y han despertado a una nueva vida, desarrollan algún tipo de relación con un Poder Superior definido por ellos mismos: una comunidad de personas, el Yo interno, la fuerza creativa o Dios." (5)

Según sus observaciones existen dos conexiones entre el despertar espiritual y la adicción. Aunque analizan específicamente al caso del alcoholismo, advierten que lo mismo puede aplicarse a cualquier otra droga psicoactiva:

1. Algunas personas desarrollan alcoholismo, dependencia a las drogas u otras adicciones a lo largo de una emergencia espiritual.

Christina Grof, quien sufrió de alcoholismo para palear los síntomas de su propia emergencia espiritual, asegura que "el alcohol o las drogas pueden proporcionar una vía de escape provisional de las presiones, dolor y caos del mundo interno y de la alienación que podemos experimentar con respecto al mundo externo". No obstante advierte que aunque muchas personas llegan a través de las adicciones a una vida más libre, más productiva y más ilumindada tras su recuperación, hay miles que no lo logran, dado lo cual "no recomendaría nunca esta forma tan peligrosa de emergencia espiritual como vía de transformación". (5)

2. Muchos alcohólicos y adictos poseen gran sensibilidad, intuición o naturaleza mística que, mientras que en otras culturas es algo deseado, en el mundo moderno les causa problemas y contribuye a su conducta adictiva.

Dicen los Grof que esto es evidente al escuchar que muchos alcohólicos en recuperación señalan que siempre se sintieron distintos o marginados, pero que cuando toman su primera copa o su primera droga, les parece que el dolor de la separación desaparece de repente y se sienten integrados. Mencionan que para mucha gente, "este sentido de conexión puede ser una triste caricatura del estado de unión mística, una seudosatisfacción o un profundo anhelo por un sentido más amplio del Yo."

Sin ambargo acotan que pueden existir otra razón para el alcoholismo, también relacionada con el impulso innato hacia el despertar espiritual, ya que hay un gran número de personas que adictas que proceden de familias disfuncionales, con frecuencia en situaciones de abuso emocional, físico y sexual y a veces con padres químico-dependientes que al retirarse a sus mundos internos en busca de protección, comodidad y un sentido de conexión, desarrollan una conexión interna tan fuerte que su despertar espiritual puede comenzar en la niñez y más tarde, cuando crecen y se ven forzados a encajar en una sociedad en la que la racionalidad es el modo aceptado de operar y la intuición se considera débil e inadecuada, experimentan un gran dolor y un constante rechazo al tiempo que sienten un anhelo inconciente de volver a los ámbitos internos que les producían consuelo, seguridad y una relación con algo que está más allá del sufrimiento individual.

Bajo tales condiciones, cuando llega su primera copa o su primer sustancia psicoactiva, sus problemas parecen resolverse: "Su tensión disminuye y sus diferencias se hacen difusas a medida que sus límites individuales parecen deshacerse y se desplazan a un estado de seudounidad. Socialmente se vuelven personas más relajadas a medida que participan de actividades muy aceptadas. Si tienen predisposición para el alcoholismo o la dependencia a las drogas, como la han tenido sus padres, pueden volverse adictos en un corto periodo de tiempo". (5)

Christina y Stanislav Grof concluyen su capítulo dedicado a la adicción como emergencia espiritual con la siguiente reflexión:

El hecho de que el alcoholismo y la dependencia de las drogas, así como otras adicciones, sean en muchos casos formas de emergencia espiritual tiene grandes consecuencias. Por ejemplo, hay millones de personas en los Estados Unidos y la ex-Unión Soviética, Japón, Eurpoa y Autralia, así como en otras regiones del mundo, que sufren los estragos del alcoholismo y la adicción a las drogas. Uno de nuestros sueños es que, mediante una comprensión y una guía cariñosa, cada uno de los numerosos adictos y alcohólicos que están al borde del renacimiento den el paso hacia un modo de vida espiritual: tal vez si dichas personas encuentran algún grado de serenidad interna, puedan tener un impacto positivo en la comunidad en su conjunto mientras ésta lucha por la paz. (5)

(Ver más acerca de los distintos tipos de emergencias espirituales en Espiritualidad y terapias)

Christina Grof fundó en 1980 la Red de Emergencia Espiritual para asistir a las personas que atraviesan por tales trances y para formar terapeutas que puedan apoyarlos. Actualmente ha crecido hasta convertirse en una organización internacional que ofrece asistencia terapéutica en diversos países, educación e información par las personas que pasan por un proceso de transformación, así como para sus familias, amigos y profesionales que les rodean.

Para mayor información, contactar con el Institute of Transpersonal Psychology y leer: Grof, Christina y Stanislav: La tormentosa búsqueda del Ser, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1990.

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La hipnosis regresiva de Brian Weiss

El doctor Brian Weiss, graduado de las universidades de Columbia como médico y de Yale como psiquiatra, es catedrático de psicofarmacología y psiquiatría biológica, y ha escrito tres libros, Muchas vidas, muchos maestros, Lazos de amor y A través del tiempo. En todos ellos relata su descubrimiento de una técnica de regresión hipnótica y la afinación de la misma para curar casos graves de fobias, ansiedades, depresiones y adicciones.

En el prólogo de su primer libro, el doctor Weiss confiesa que le llevó mucho tiempo decidirse a escribir sobre esto, "cuatro años reunir valor para aceptar el riesgo profesional de revelar esta información nada ortodoxa". (9) Posteriormente relata su primer caso espectacular de regresiones hipnóticas hacia lo que en la literatura esotérica y las religiones orientales se conoce desde hace siglos como "vidas pasadas".


Tras varios años de utilizar la hipnosis como herramienta terapéutica, Weiss la probó para buscar el origen de la ansiedad, los ataques de pánico y las fobias de una paciente llamada Catherine. El doctor relata cómo fue que bajo hipnosis Catherine recuperó recuerdos de "vidas pasadas" que resultaron ser los factores causantes de sus síntomas. También actuó como conducto para recibir información procedente de "entidades espirituales" altamente evolucionados que ofrecieron datos necesarios para su recuperación y la de otros pacientes y en pocos meses sus síntomas desaparecieron "y reanudó su vida más feliz que nunca".

Cuenta el doctor que cuando estos hechos comenzaron a suceder se sintió absolutamente asombrado y desconcertado, pues en sus estudios no había nada que le hubiese preparado para algo semejante:

"No tengo explicaciones científicas de lo que ocurrió. En la mente humana hay demasiadas cosas que están más allá de nuestra comprensión. Tal vez Catherine, bajo hipnosis, pudo centrarse en esa parte de su mente subconciente que acumulaba verdaderos recuerdos de vidas pasadas; tal vez utilizó aquello que el psicoanalista Carl Jung denominó 'inconciente colectivo': la fuente de energía que nos rodea y contiene los recuerdos de toda la raza humana..." (9)

Weiss no es el único profesional de la psiquiatría que se ha topado con estas cuestiones, pero quizá es uno de los primeros que se ha atrevido a escribir al respecto. Otros casos significativos son los del doctor Stanislav Grof, cofundador de la Psicología Transpersonal (ver más sobre él en Cartografía de la experiencia psicoactiva), el doctor Roger Woolger (autor de Otras vidas, otras identidades); los doctores C.J. Ducasse, Martin Ebon, Helen Wambach, Gertrude Schmeider, Frederick Lenz, Edith Fiore, Brabara Ann Brennan (autora de Manos que curan y Hágase la luz) y el doctor Ian Stevenson quien ha reunido más de dos mil ejemplos de niños con recuerdos y experiencias del tipo de la reencarnación, como xenoglosia, que es la capacidad de hablar un idioma extranjero al que nunca se ha estado expuesto.

No obstante, como asegura el mismo Weiss, "la investigación científicamente rigurosa de estos temas está todavía en mantillas. Si bien se están dando grandes pasos para descubrir esta información, el proceso es lento y encuentra mucha resistencia tanto por parte de los científicos como de los legos." (9)

Mientras se llava a cabo esta investigación, el doctor Weiss se dedica a sentar precedentes curando a cientos de personas que se ponen en sus manos.

Según se desprende de las observaciones de Weiss, el origen común de la adicción es la necesidad de protección con un fuerte elemento de escapismo, pues las drogas proporcionan un método para reprimir recuerdos o sentimientos. Cuando la persona se encuentra ante una situación que le parece intolerable y cuya intencidad le sobrepasa, puede recurrir al sucicidio en casos de desesperación absoluta, o al embotamiento de la conciencia a través de psicoactivos cuando la situación intolerable es crónica y la persona se siente impotente para cambiarla.

En estos casos la adicción es, según Weiss, una forma lenta de sucicidio: "A veces, quienes abusan de sustancias y se someten a la terapia de regresión a vidas pasadas descubren que se han suicidado en otras vidas y que aquello de lo que pretendían huir anteriormente ha reemergido ahora con mayor violencia. Esta vez la necesidad de escapar se ha traducido en un suicidio más lento y el escapismo de la adicción." Y "la única manera de deshacerse tanto de ese problema vital como de la trampa de las drogas es enfrentarse a ellos y resolverslos de un modo espiritual y realista". (8)

La hipnosis que practica Weiss no es de tipo sugestiva (de aquellas cuyo objetivo es reprogamar los hábitos de la persona), sino regresiva. Esto significa que bajo el estado de receptividad y relajación inducido por hipnosis, se puede acceder a los recuerdos que guardan relación con el origen de la adicción o la conducta a tratar, ya sea en esta vida o en vidas pasadas. Según ha comprobado Weiss, cuando un paciente logra llegar a las verdaderas causas de sus miedos subyacentes liberando las emociones retenidas, invariablemente se cura el transtorno de manera permanente.

Weiss no trata a pacientes que se encuentran en la etapa aguda de una adicción al alcohol o a otras drogas, pues considera que la hipnosis no es efectiva cuando una persona está bajo la influencia de sustancias psicoactivas:

Los que vienen a mi consultorio han seguido generalmente un programa de desintoxicación y tienen interés en resolver problemas cruciales de su vida. Con frecuencia han llegado a la conclusión de que el abuso de sustancias es un síntoma que ha suprimido o les ha proporcionado un modo de escapar de traumas dolorosos. Y con frecuencia, estos pacientes reconocen que su adicción era mucho más dolorosa que el suceso traumático inicial. El trabajo con el niño interior y la terapia de regresión a vidas pasadas proporciona un método para suprimir tanto el dolor como la conducta de inadaptación. Desde la perspectiva del niño interior, los hábitos perjudiciales parecen valer la pena si alivian tan enorme dolor. Pero desde la perspectiva del adulto, el dolor puede parecer manejable. Uno puede librarse de él y, de ese modo, desaparece también la necesidad de embotar, de insensibilizar y de mantener hábitos protectores. (8)

Dice Weiss que las cusas subyacentes de la adicción pueden tener sus raíces en relaciones familiares difíciles y/o en un abuso infantil previo. Asímismo: "En algunos pacientes el problema central puede estar relacionado con sentimientos de cólera o violencia, puesto que el consumo de alcohol y drogas facilita la expresión de dichos sentimientos. En otros puede tratarse de un problema de valor o autoestima. El alcohol puede proporcionar una falsa confianza en uno mismo." (8)

La clave está en que la persona comprenda los patrones repetitivos de conducta destructiva hacia ella misma y hacia los demás que abarcan a veces vidas enteras y se liberare del miedo:

"El mecanismo curativo central de la terapia de regresión a vidas pasadas es la transmutación del miedo en amor. Este es el mensaje de curación que quienes han experimentado la regresión a vidas pasadas difunden y practican." Y ¿cómo se lleva a cabo esta transmutación? "Conociéndose a sí mismo. Mirando hacia adentro y viendo con claridad. Comprendiendo y adquiriendo sabiduría. Esto nos ayuda a ser más alegres y apacibles. Ésta es la esencia de cualquier curación de vidas pasadas." (8)

Por último, cito aquí otra consideración crucial del doctor Bran Weiss:

Los adictos en proceso de recuperación pueden ser excelentes candidatos para la terapia de regresión a vidas pasadas, porque el problema del alcoholismo o la drogadicción suele encontrarse en el centro de una trayectoria espiritual. La recompensa para queines superan la adicción es inestimable. El proceso puede proporcionar una vía acelerada de crecimiento espiritual. Mediante la comprensión, la fe y la sabiduría se pueden superar el alcoholismo y la drogadicción. (8)

Para mayor información acerca de la hipnosis regresiva recomiendo leer los libros del doctor Weis, especialmente A través del tiempo, en el que dedica un capítulo especial al tema de la adicción y ofrece un ejercicio de relajación y autohipnosis regresiva muy efectivo.

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/ La dimensión espiritual para sanar las adicciones según Cunningham y Ramer



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Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta especializada en tratar a personas con adicciones y a los miembros de sus familias cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un sanador y canalizador que le ayudó a vislumbrar la dimensión espiritual de las adicciones y la manera de sanarlas. Ambos desarrollaron juntos un método de sanación combinando la experiencia de Danna con la información canalizada por Andrew. Tiempo después de aplicarla con éxito, escribieron dos libros: The spiritual dimensions of healing addictions (10) y Further dimensions of healing addictions (11).

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En The spiritual dimensions of healing addictions (10) abordan las necesidades espirituales y los dilemas experimentados por la personalidad adictiva, asumiendo que la mayoría de los adictos no saben cómo manifestar sus sueños y visiones y tienen problemas para manejar ciertas emociones como el miedo, el enojo, el resentimiento y la culpa, por lo que tienden a usar alguna o varias substancias para reprimir esos sentimientos.

Todos venimos a la vida con una tarea querealizar, algunos de los que se convierten en adictos han escogido tareas más difíciles que las personas ordinarias. Algunos de hecho, cienen con propósitos tan fuera de lo ordinario que su vida es difícil. La adicción se desarrolla a menudo como una manera de evitar la tarea que acordaste hacer, y que ahora encuentras sobrecogedoramente difícil de llevar a cabo. En tales casos, la causa espiritual no tiene que ver con el reto de superar una adicción en sí, sino de lo que estás evitando hacer o en aquello que te has rendido. Cuando hablamos acerca de VISIÓN en este libro, estamos hablando de nuestra habilidad de percibir y participar en la realidad más amplia, reteniendo un recuerdo, aunque sea débil, de nuestro Ser Superior y de las tareas y propósitos de nuestra vida. Parte del proceso de sanar es recuperar la visión y llevar a cabo la tarea. En este volumen sugerimos maneras de hacerlo. (10)

Aseguran también que cuando las personas logran suspender el uso de las substancias, los sentimientos reprimidos surgen para ser confrontados y hay que lidiar con ellos. Además de esto es necesario revertir el daño que han sufrido tanto el cuerpo físico, como los cuerpos sutiles y todo el sistema de chakras. Sin esta acción conjunta, la simple retirada de la sustancia no traerá la paz a la persona adicta que continuará sufriendo y tendrá mayores posibilidades de recaeer en la adicción empeorando cada vez más su situación

Es por eso que de entrada nos dicen los autores que "la adicción es un problema complejo que requiere distintas clases de sanación en distintos niveles". Es por eso que si la adicción se manifiesta en los planos físico, mental, emocional y espiritual, es necesario que sea tratada también desde los cuatro aspectos. Para quienes tengan intención de sanar su adicción recomiendan pues que simultáneamente:

1. Se sometan a un tratamiento médico para reparar el daño físico;

2. Busquen un psicólogo o un grupo de ayuda para tratar la parte emocional;

3. Procuren informarse y educarse sobre los efectos de las drogas para actuar en el nivel mental; e

4. Identifiquen las dificultades espirituales que pueden estar conduciéndolos al abuso de sustancias y exploren herramientas alternativas para sanar.

Ambos libros están enfocados para llevar a cabo estas dos últimas tareas.

En Further dimensions of healing addictions, a manera de introducción, nos dicen que las substancias adictivas son "herramientas de poder", a través de las cuales "los usuarios esperan adquirir fuerzas para realizar sus visiones":

Son herramientas, exactamente como el fuego. Con la flama baja puedes cocinar, con la flama alta y por mucho mucho tiempo, tu comida se quema. Un error de la prohibición es que se enfocaron en el exceso como algo malo, así es que trataron de prohibir todo en lugar de aprender qué cosa es el exceso. Los adictos cometen el error opuesto. Ellos piensan: "Si poco es bueno, más debe ser mejor". [...] Estas sustancias tenían usos rituales para abrir ventanas a la percepción y tomar conciencia de la propia energía. Generalmente se usaban en grupo sólo en raras ocasiones y de maneras que no eran destructivas. [...] Nuestra cultura actual ha perdido de vista esos rituales, así es que vuelven una y otra vez a la herramienta de poder, ya que en algún nivel de la conciencia recuerdan que era útil. Sin embargo, ya nadie sabe cómo usarlas propiamente y en lugar de eso abusamos de ellas. (11)

Posteriormente explican qué son los cuerpos sutiles y los chakras, cuáles son las funciones que cumplen cada uno, la manera en que pueden bloquearse y los efectos de estos bloqueos. Hablan también del karma y los patrones heredados de vidas pasadas, así como de los fundamentos de la curación con esencias y cristales. A fin de ayudar a los adictos a identificar las dificultades espirituales que los llevaron a involucrarse en el abuso de sustancias, utilizan un capítulo distinto para tratar cada una de las principales drogas adictivas: la cafeína, el tabaco, la marihuana, el azúcar, el alcohol, la cocaína, la heroína y las drogas sintéticas.

En cada capítulo hacen un recuento histórico acerca de la manera en que cada una de estas "herramientas de poder" era usada en la antigüedad, para describir a continuación cómo es que se fue perdiendo el conocimiento y la finalidad de su utilización, hasta llegar a nuestros días de abuso y desconexión.

Luego describen los principales patrones emocionales latentes en cada caso y los distintos chakras que afecta cada sustancia. Por último ofrecen técnicas para revertir los daños ocasionados tanto en el cuerpo emocional como en los cuerpos sutiles. Estas técnicas están basadas en ejercicios de visualización, aromoterapia, gemoterapia y la observación de ciertos diagramas canalizados por Andrew para reprogramar las biocomputadoras que son nuestros cerebros.

Según afirman: "Los hábitos, como las adicciones están impresos dentro de nuestros circuitos cerebrales de la misma manera en que los circuitos de una computadora son programados. Para interrumpir un hábito, necesitas borrar y reprogramar el circuito", y para eso sirven los diferentes diagramas canalizados para cada tipo de droga. Estos diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente la droga.

Desde su perspectiva, el peligro de la adicción se incrementa conforme la sociedad desconoce sus propias raíces y sus experiencias dentro de la dimensión de los sueños. Consideran que el abuso de sustancias constituye hoy en día una verdadera epidemia de serias proporciones "que tiene mucho que ver con la condición espiritual de nuestra cultura y con nuestra pérdida de contacto con los otros niveles de realidad". Por ello les parece que "estamos en una crisis que tiene que ver con nuestro propósito de grupo y nuestra visión grupal, lo cual sólo puede entenderse si miramos la historia de la humanidad en conjunto". (11)

A manera de conclusión, Donna y Andrew advierten en su segundo libro lo siguiente:

Todas las enfermedades físicas, incluyendo la adicción, tienen largas historias de desequilibrios mentales, emocionales y espirituales que las crearon y que comenzaron mucho tiempo antes de que el problema físico se manifestara. Nadie se enferma de un día para otro, ni se vuelve adicto de un día para otro -y nadie se cura tampoco de un día para otro.

Muchas personas se vuelven hacia los métodos alternativos de sanación porque se encuentran desilusionados de la medicina convencional y los terapeutas convencionales. Desde el principio hemos visto que el trabajo compartido en estos dos volúmenes es un complemento del cuidado médico de la salud, de los programas de desintoxicación y de recuperación. Aunque tu Ser Superior sea espiritual, si tomas este libro y crees que te puedes sanar sólo a través de él, estarás siendo negligente con los aspectos mental, emocional y físico de quien tú eres, y este enfoque será otra fuente de desilusión para ti.

Pero si ves todos los métodos de curación de adicciones que hemos puesto a tu disposición como las diferentes herramientas que ofrece una ferretería, puedes considerarlas y probarlas para encontrar cuáles de ellas funcionan mejor en relación con el tipo de trabajo que necesitas realizar a fin de recuperarte y renovar tu vida [...]

Todos los adictos en recuperación han sido heridos y tienen sueños. Es por eso que pueden encontrar que, comforme completan su proceso, pueden sentirse interesados por el trabajo de sanar a otros. Creemos que la experiencia de pasar por una adicción y recobrarse de ella son prerequisitos para convertirse en un sanador, aunque nuestro sentido de lo que es un sanador es muy fluido. Un chef puede ser un sanador, y también un jardinero, una esteticista o un pianista. (11)

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Plantas y alcaloides visionarios

Esencias Chamánicas
Peyote y San Pedro
Hongos
Amanita
LSD
DMT
Ololiouqui
Skapastora
Ayahuasca


Las enseñanzas que aportan los psiquedélicos son un potencial, no constituyen una certeza. Puedo aprender pero no estoy forzado a hacerlo; puedo descubrir maneras de mejorar mi calidad de vida, pero sólo el esfuerzo individual traerá los cambios deseados…

Estoy convencido que existe una gran riqueza de información en nuestro interior, montones de conocimientos intuitivos acumulados en el material genético de cada una de las células. Una especie de biblioteca que contiene innumerables libros de referencia pero de la que desconocemos la puerta de entrada.... Las drogas psiquedélicas abren la puerta de este mundo interior.

Esta búsqueda de conocimiento ha sido parte de la vida humana desde los primeros momentos de la conciencia... Cada uno de nosotros, en un momento u otro de la vida, nos sentimos extraños en la travesía de la existencia y necesitamos respuestas a las preguntas que surgen del alma. Un buen uso de las sustancias psicquedélicas puede ayudar en este vaje.

Alexander Shulguin: "La legalización de ciertas drogas debería de ir acompañada de educación"


Aunque el uso de hongos psicoactivos tales como Amanita muscaria y Claviceps purpurea no era desconocido entre los antiguos pueblos europeos, los primeros españoles que llegaron al territorio mexicano quedaron estupefactos al ver que los habitantes adoraban a sus dioses con la ayuda de plantas capaces de alterar la conciencia a las que daban nombres para ellos tan extraños como teonanacatl, peyotl, ololiuqui o pipiltzintzintli.

Debido a su ignorancia, a su vocación católica monoteísta y a sus pretensiones de conquista, los españoles que llegaron siguiendo a Hernán Cortés prohibieron junto con el culto a los antiguos dioses mesoamericanos, el consumo de las "plantas diabólicas del Nuevo Mundo". En 1638, una instrucción del Santo Oficio español sentencia:

«Nosotros, los inquisidores, abocados a suprimir la perversidad herética y la apostasis, por virtud de la autoridad apostólica, declaramos condenada la hierba o raíz llamada peyote, introducida en estas provincias para detectar robos o adivinar otros acontecimientos, pues constituye un acto de superstición opuesto a la pureza e integridad de nuestra fe católica.» (22)

En 1656 aparece una guía para misioneros que ataca la idolatría indígena, incluyendo ahora la ingestión de hongos. Los escritos que condenan al teonanácatl se acompañan de ilustraciones que lo denuncian. En una de ellas aparece el diablo incitando a un indio a comer hongos; en otra, el diablo danza sobre ellos. (10)

Los jerarcas eclesiásticos hicieron un trabajo de persecución tan exitoso que durante cuatro siglos nada se supo sobre el culto relacionado con estas plantas. Ningún antropólogo o botánico fue capaz de descubrir las ceremonias rituales que continuaban llevándose a cabo clandestinamente. Fue hasta mediados de la década de 1930 que comenzaron a salir a la luz pública. Entonces se supo que las ceremonias rituales en las que intervenía alguna de estas plantas antiguamente satanizadas y prohibidas por los españoles, eran guiadas por un hombre sabio o una mujer sabia -comúnmente llamados chamanes o curanderos-, que dichas ceremonias incluían el ayuno previo como requisito para todos los participantes y que su objetivo principal era curar a personas enfermas.

Tanto los efectos de estas plantas, como los efectos de los brebajes que se preparan con ellas o los de sus respectivos alcaloides, dependen del contexto en el que se ingieren, la cantidad administrada, el propósito con el cual se utilizan, así como el control ceremonial que ejerce el chamán o la ausencia de éste; sin embargo, prácticamente todas ellas tienen en común la capacidad de generar lo que se conoce como visiones o alucinaciones, esto es: percepciones en ausencia de un objeto real (a diferencia de las ilusiones que son percepciones alteradas de un objeto presente, según las definen los psiquiátras).

La llamada Biblia de los médicos, el prestigioso manual farmacéutico Goodman & Gilman asegura que el rasgo que distingue a estos psicoactivos de otras clases de drogas es su capacidad de inducir estados de percepción, pensamiento y sensaciones alterados que no pueden experimentarse de otra manera, excepto en sueños o, a veces, en el éxtasis religioso:

Hay una conciencia intensificada de la entrada sensitiva, a menudo acompañada por un aumento de la claridad de percepción, pero con disminución sobre el control sobre lo que se experimenta. Con frecuencia se siente que parte del ser parece ser un observador pasivo (un 'yo espectador') más que una fuerza activa organizadora y directriz, mientras que otra parte participa y recibe experiencias sensoriales vívidas e inusuales... En este estado, la sensación más leve puede tener un significado profundo. Por lo general existe una disminución de la capacidad para diferenciar los límites entre un objeto y otro y entre el propio ser y el medio. Junto con esto puede haber una sensación de unión con 'la humanidad' o el 'cosmos'. (34)

Otra característica de los "alucinógenos" que destaca en este manual es su bajo potencial de abuso: "son sustancias que rara vez provocan dependencia y excepcionalmente desembocan en un hecho fatal". (34)

Etimológicamente, el verbo alucinar procede del latín halucinari, "divagar mentalmente o hablar sin sentido", y en esa lengua es sinónimo de palabras que significan estar loco o delirar. Así pues, el adjetivo alucinógeno impone de inmediato un juicio de valor negativo sobre la naturaleza de las percepciones alteradas, ya que alucinar significa "ofuscar, seducir o engañar, haciendo que se tome una cosa por otra". Debido a ello se han propuesto múltiples denominaciones científicas para tratar de abarcar etimológicamente sus efectos: psicodislépticos, eidéticos, misticomiméticos, psicógenos, psicoataráxicos, psicotógenos, psicotomiméticos, etc.

Desde la perspectiva de doctor Humprey Osmond y muchos otros investigadores, no se les puede aplicar el término de alucinógenos ya que pocas veces producen alucinaciones reales sino más bien ilusiones sensoriales, ni el de psicomiméticos, porque sus efectos son mucho mayores que la simple imitación de episodios de locura, por eso propuso el término de psiquedélicos. Él pensaba que podían propiciar una experiencia directa hacia los ámbitos espirituales y que los epítetos clínicos desdeñosos no debían oscurecer su verdadera riqueza, dado lo cual acuñó el vocablo psiquedélicos, un nombre con profundidad mística ya que etimológicamente significa "manifestadores o reveladores del alma", pues viene de los términos griegos psique, que es el denominativo de "alma o espíritu" y delos que significa, "manifestar, revelar o hacer visible". (98)

Por desgracia, los medios de comunicación masiva se encargaron de transformar a los psiquedélicos en psicodélicos, tal como tergiversaron muchas otras cosas respecto a estas drogas que terminaron asociadas con la rebelión cultural, los nuevos estilos artísticos y la apología del uso de sustancias psicoactivas durante la década de los años sesenta. Así fue como este excelente término cayó en desuso.

En virtud de mis experiencias personales, a mí me gustaría que se reivindicara el término de psiquedélicos, como intenta Richard Yensen (98), sin embargo, también me agrada mucho otro vocablo que un grupo de investigadores encabezados por Jonathan Ott propuso para referirse a "las drogas cuya ingestión altera la mente y provoca estados de posesión extática y chamánica": enteógenos. El vocablo de origen griego entheos significa "Dios adentro" y se utilizaba para describir los trances proféticos, los momentos de creación artística y aquellos ritos religiosos en los que se experimentaban estados místicos a través de la ingestión de sustancias asociadas con alguna deidad. De acuerdo a Jonathan y sus colegas, en un sentido estricto, "sólo aquellas drogas que producen visiones y de las cuales pueda mostrarse que han figurado en ritos religiosos o chamánicos serían llamadas enteógenos." (66)

No obstante, investigadores tan reputados como los Shulguin o Antonio Escohotado, señalan que las experiencias místicas o extáticas sólo son un potencial y no una garantía del uso de este grupo de psicoactivos. Adicionalmente Escohotado encuentra que el término entéogeno "es más ideológico que objetivo y recuerda excesivamente el ámbito de lo religioso"; dado lo cual se inclina por la palabra visionario, que le parece suficientemente secularizada o laica. Según explica: "la visión es una visión privilegiada del acontecer... cuando alguien dice que ha tenido una visión se refiere a que sintió o percibió lo que esa persona intuía que se podía percibir o sentir sobre cierto asunto, dejándose de lado todo subjetivismo". (3)

Dejar de lado todo subjetivismo me parece imposible, pero dentro de las gradaciones entre lo más subjetivo y lo menos subjetivo, quizá visionario sea menos subjetivo que enteógeno y sobre todo más genérico, ya que incluye las experiencais del conjunto de personas que no llegan a experimentar estados místicos o visiones que puedan calificarse como espirituales dados los parámetros convencionales. Por eso es que finalmente he optado por emplear dicho término para calificar al conjunto de plantas, brebajes y alcaloides que se analizan en este capítulo: los cáctus llamados peyote y San Pedro, los hongos psicoactivos, los amanita muscaria, las semillas de ololiuqui, las hojas de ska pastora, la bebida denominada ayahuasca y dos alcaloides cuyos antecesores orgánicos tienen comprobada utilización chamánica: la dietilamida del ácido lisérgico o LSD, proveniente del hongo conocido como fuego de San Antonio y la dimetiltriptamina o DMT, principio activo contenido en diversas plantas psicoactivas de todo el globo terráqueo.


¿Por qué están prohibidas las sustancias visionarias?

En Las puertas de la percepción, fruto de sus vivencias espirituales a la luz de una planta maestra, el escritor inglés Aldous Huxley escribió: "Ser sacudido fuera de las rutas de la percepción ordinaria, ser espectador durante algunas horas sin tiempo del mundo externo e interno, no como se aparecen al animal obsesionado con la supervivencia o al ser humano obsesionado con palabras y nociones, sino como son aprehendidos directa e incondicionalmente por la mente en su totalidad, es una experiencia de inestimable valor para cualquiera y especialmente para el intelectual." (42)

En parte siguiendo este tipo de recomendaciones emitidas por líderes contraculturales, y en parte siguiendo una moda amiga de la disipación y la rebeldía, cientos de jóvenes occidentales se lanzarían en pos de algún chamán entre mediados de los años cincuenta hasta mediados de los sesenta. Salvo contadas excepciones, ninguno de ellos llevaba en mente el objetivo de obtener enseñanzas acerca del autoconocimiento, sino el de tener un buen trip bajo los efectos de las plantas mágicas de México y del Amazonas.

Olvidando la segunda máxima del Templo de Delfos: "Nada en exceso", los llamados hippies abandonaron la búsqueda de los chamanes e incluso el uso de las plantas mismas, sustituyéndolas por el consumo de sus alcaloides principales: mezcalina, dimetiltriptamina, dietilamida del ácido lisérgico, psilocina y psilocibina. Poco después, en 1971, a instancias del gobierno estadounidense asustado por la magnitud del fenómeno y especialmente por su asociación directa con el cuestionamientos al orden social imperante y la política contestataria de los jóvenes, comenzaría una nueva época de persecución y prohibición a escala mundial de las plantas maestras y sus alcaloides.

A partir de esta fecha las drogas quedaron técnicamente divididas en lícitas e ilícitas y conceptualmente estigmatizadas como buenas o malas. Como lúcidamente aseguró el poeta mexicano Octavio Paz:

Puede entenderse ahora la verdadera razón de la condenación y su severidad: la autoridad no obra como si reprimiese una práctica reprobable o un delito sino una disidencia. Puesto que es una disidencia que se propaga, la prohibición asume la forma de un combate contra un contagio del espíritu, contra una opinión. La autoridad manifiesta un celo ideológico: persigue una herejía, no un crimen. (70)

En virtud de esta neo-inquisición, los principios activos de las plantas maestras y por ende ellas mismas, caerían nuevamente en la clandestinidad o en la ambigüedad legislativa. Por arte y magia de la prohibición internacional aparecen entonces los cercos y retenes de la Policía Judicial Federal mexicana en las zonas en donde ellos suponen que estas plantas crecen ahora, aparecen los casos de jóvenes detenidos y extorsionados por querer transgredir el resguardo de las puertas de la percepción, aparece una nueva y quizá más peligrosa amenaza para la supervivencia de las tradiciones de ciertos pueblos indígenas de América: el exterminio de costumbres ancestrales debido al uso de plantas psicoactivas que autoridades ajenas consideran peligrosas... y peor aún, se dificulta el acceso y la investigación de fármacos de incalculable utilidad para la salud mental pública, como puede observarse en los apartados de Hechos interesantes de cada uno de los psicoactivos que se estudian en este aprtado dedicado a las plantas y alcaloides visionarios.

(Para encontrar más información relacionada con las plantas y alcaloides visionarios consulta también las páginas de Chamanismo y las de Espiritualidad y Terapias con psicoactivos)


¿Cómo se utilizaban estas plantas?

Se utilizaban básicamente de dos formas: para la sanación y/o para el autoconocimiento.

En el primer caso, el curandero las tomaba y a veces también el paciente. Durante el viaje, el sanador recibía la información que necesitaba darle al paciente, quien muchas veces recibía directamente la curación durante los efectos de la planta. Así trabajaba por ejemplo la curandera mexicana llamada María Sabina.

Los ritos de autoconocimiento de diversas culturas tinenen la peculiaridad de ser ritos anuales guiados por un chamán. Antes de llevar a cabo el ritual en el que se ingiere la planta, hay un periodo de preparación física (por ejemplo ayunos) y psicológica (por ejemplo una reunión catártica con todos los habitantes de la tribu en la que se confesaban y perdonaban las mutuas ofensas) y una peregrinación hacia el lugar donde crece la planta (como Wirikuta para los huicholes que consumen el peyote) o donde se lleva a cabo el ritual (como Eleusis a 20 kilómetros de Atenas para los antiguos griegos que consumían el kikeón).

Después de la toma hay otro periodo de reflexión e interpetación de la experiencia. Posteriormente, ya en la vida cotidiana, se procura darle una aplicación práctica a la información o visión recibida. Lo cual provoca un cambio o una transformación de la persona que tuvo la experiencia.

Una última característica digna de ser mencionada es que en la mayoría de estas culturas, las plantas son vistas como herramientas de trabajo temporales, que muestran al aprendiz de chamán o a la persona simple aquello que debe aprender a alcanzar por sí misma.


¿Cómo podemos utilizar actualmente estas plantas?

Mi recomendación consiste en seguir estas antiguas pautas para evitar cualquier peligro y hacer que funcionen para nosotros como remedios y no como venenos. Para estar seguros de ello hay que:

Llevar a cabo una preparación previa, a nivel físico (mediante ayunos o desintoxicaciones) mental (informarse de lo que se va a consumir), emocional y espiritual (siguiendo algún tipo de terapia o sistema de autoconocimiento).

Tener la experiencia una o máximo dos veces al año con una persona que te guíe y pueda hacerse cargo de cualquier eventualidad, como una crisis de sanación, un ataque de pánico, etc. Esta persona de preferencia debe ser un chamán experiementado o un terapeuta bien preparado.

Llevar a cabo algún proceso de integración de lo vivido, ya sea hablando con el chamán o con un terapeuta preparado, inmediatamente o días después de la toma.

Aplicar dentro de nuestra vida cotidiana la información, la visión o la enseñanza que hayamos recibido bajo los efectos con la planta.

Recordar que las plantas son herramientas de uso temporal y limitado. La penicilina sólo se toma en casos en que verdaderamente lo amerita y si abusamos de ella deja de hacer el efecto que buscamos y produce síntomas indeseables. Igualmente hemos de tratar a las plantas sagradas con el mismo respeto y usarlas temporalmente durante ciertos periodos de nuestra vida, sabiendo que algún día las dejaremos por completo.

Antiguamente estas plantas maestras tenían una razón de ser debido a la densidad del planeta y la dificultad que teníamos para entrar en contacto con nuestrs propia sabiduría o para comunicarson con nuestros guías en los planos invisibles, pero ahora, debido al aumento de las vibraciones de la Tierra y de la humanidad en general, es más fácil conseguir ese contacto y esa comunicación sin ayuda de las plantas. Por eso en la actualidad estamos asistiendo al principio del ocaso de su gran servicio en nuestro planeta.